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Tosió un poco. La ventana estaba abierta. No le molestaba el frío, pero vamos. ¿Por qué esa maña del detective el dejar abierta la ventana? Se levantó pesadamente de su silla y la cerró hasta con seguro y todo.

Volvió a sentarse frente a la maquina de escribir. En blanco. Simplemente no tenía nada que escribir. No se le venía una idea a la mente. Entonces, mirando de aquí a allá en busca de una "musa" la encontraba en una imagen del periódico donde salía Holmes.

Bueno, ese sería algo para ayudarle a empezar.

"Como nos conocimos. En serio, Holmes. ¿Recuerdas como fue? Azares del destino, o una simple coincidencia, nos llevo a este punto en la vida. ¿Pero sabes qué? No me arrepiento de nada, querido amigo."

"Durante todos estos años, que te conozco, debo admitir, que lo que más admiro de ti, siempre ha sido tu inteligencia"

– Bueno...– Miró al detective que estaba hecho una bolita bajo las cobijas en la cama. La cama que ahora compartían. – Tal vez para ciertas cosas no...

Después de reír en silencio, siguió tecleando despacio, esperando a que Holmes no se despertara.

"El primer caso que tuvimos juntos, no recuerdo muy bien de que iba. Oh cielos, ya sé que usted sí. Pero, sabe, Yo no soy tan maravilloso y con una súper dotada memoria."

"Holmes, Solo quiero agradecerle los momentos que hemos pasado. El estar a su lado, me hace la persona más feliz en este mundo. Quiero disculparme, por que sé lo mucho que sufrió cuando me fui con Mary. Cuando pensé que ese podría ser el amor de mi vida, pero que en realidad, yo ya tenía al amor de mi vida, frente a mis ojos."

"Siento haber sido tan ciego, pero sabe, después de tanta tragedia, uno no va por la vida con los ojos bien abiertos. Simplemente se aferra a lo que es más fácil, y se miente."

"No sé bien, que hubiese hecho si me hubiese quedado para siempre con ella. Creo que ahora, estaría pagando mi error."

"Quiero que sepa, que Mary no es, ni será una persona mala... Simplemente, era una mujer, que también ha vivido muchas tragedias. Y bueno, algunos estamos acostumbrados al drama en nuestra vida. La quise mucho, pero claro... Jamás tanto como a usted."

Le escuchó ronronear, murmurar cosas inentendibles y patear la cobija. Negó con una sonrisa, y se levantó. Tenía que ir por más café. Eran las 3 de la mañana, y simplemente no podía dormir. Suspiró por que justo ese día estaba haciendo casi nieve en Londres. Todo se veía bastante nublado, incluso de noche. No había nadie más que Gladstone en la sala, frente a la chimenea que adornaba. Estaba acurrucado en la alfombra, embriagándose del calor que el fuego le proporcionaba.

Subió dejando la taza en la mesita que tenían en la sala, y subió por la maquina de escribir. No era pesada, pero tampoco tan ligera. Así que con paso calmado, la bajó. No tendría frío en la sala, y podría escribir sin tener el temor de que despertase al hombre gruñón que estaba en su cama.

"Los primeros meses, de descubrir lo que sentía por usted, Holmes. No fueron los más fáciles de mi vida. ¿Sabe? Tuve bastantes citas, las cuales, eran interrumpidas, o simplemente las dejé por que, bien, quería estar con usted. Los casos, siempre los casos."

"Pero eso no era lo que me dolía, perder una relación que ni siquiera solía durar un mes, no era lo que me afectaba. No..."

"Lo que me afectaba, era su apatía hacia mi persona. Que a pesar de ser... Efusivo, ante mis sentimientos por usted. O los ignoraba, o de verdad no se daba cuenta."

"¿En serio, Holmes?... A veces no podía creer lo inocente que era para algunas cosas, no quiero decir ignorante, por que no lo es."

"Recuerdo cuando me dijo 'Las relaciones, mi querido Watson, solo traen problemas. Al igual que los sentimientos.'"

Carta de un Enamorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora