Capitulo 6- Maldita, lluvia

17 0 0
                                    

Y en ese preciso instante el móvil de Áxel empezó a vibrar, di gracias a que sucediera aquello, aquella situación me ponía cada vez más nerviosa. Entonces él se levantó del suelo y respondió unos cuantos monosílabos y después colgó.

-Creo que tendré que marcharme, me reclaman los del equipo

-Pues hasta mañana.

-Bueno, pues adiós.

Después de que él se fuera, por fin estaba otra vez en órbita y mis músculos se destensaron todos a la vez. No sabía si estaba triste o aliviada de que por fin se hubiera ido, me fui para mi habitación cogí mis tres botes de pastillas y los mire fijamente, todas eran para que no viera cosas extrañas y poder dormir, todas eran para ocultar quien era, así que las tire una a una y a continuación me tumbe en la cama y fue una de las noches más tranquilas que había tenido jamás.

-Buenos días cielo

-Buenos días mama, pregunta interesante para que me llamas.

-Para decirte que te quiero, y que tal el fin de semana sin tu madre.

-Pues de momento perfecto, yo también te quiero, y ya hablaremos que tengo que ir a clase.

Al colgar el teléfono, fui rápidamente hacia el armario me puse una básica negra y por encima una camiseta a cuadros, de color blanca i negra, y unos tejanos ajustados rotos al nivel de la rodilla.

Aquel día decidí ir sola para la universidad, aun seguía un poco molesta con Casio por eso de ocultar quien era, según ella era necesario.

-Hanne, Hanne! Espérame!

-¿Clari?

-Eis, vas para clase de sociología no? Al final que paso con el chico nuevo?

No sabia bien bien que decirle, así que utilice de mis artes en el momento de mentir.

-Si, si iba para clase ahora. Nada se había equivocado de persona.

Al acabar las clases me dirigí hacia la biblioteca a leer un poco mas sobre temas mitológicos, ya que lo mínimo que sabia era por las clases de historia antigua, ya que a mi ese tema en especial nunc a me había atraído.

*Llamando*

-¿SI?

-Hanne, te  venimos a buscar o vienes, llevamos 20 minutos esperándote.

-Ahora voy, no tardo nada.

Mierda, me había pasado dos horas leyendo, y ahora llegaba tarde. Fui todo lo rápido que pude hacia allí, pero no daba más de mi, maldita universidad porque tenia que estar en la otra punta del campus la biblioteca.

-Hanne, eres una tardona sabes.

- Pero Casio no esta aquí, no llego tan tarde entonces- Dije mientras intentaba recuperar el aliento

-Ella se a marchado ha hacer unos encargos, hemos quedado en su casa, así que si llegas tarde.

-Vale, lo siento. Estaba entretenida leyendo sobre mitología.

Entonces él me miro y empezó a reírse, algo que no había visto en esos días, tenia una sonrisa perfecta, y le salían dos hoyuelos adorables a cada lado de la mandíbula. Pero,  me estaba entrado ganas de pegarlo.

-¿Porque te ríes?- Dije intentado fulminarlo con mi mirada.

-Esos libros no te servirán de mucho, si quieres libros ya te dejare algunos.

-Bueno, pues gracias.

-Que amable eres, como siempre.-Dijo con un tono de ironía.

-Y que hacemos aquí si hemos quedado en su casa.

-Mientras ella termina unas cosas, acabaremos la clase de defensa personal.

Mi cuerpo volvía a tensarse al escuchar esas palabras. No quería, no quería volver a sentirlo cerca, él hacia sentirme extraña y rara. 

Si darme cuenta ya estábamos en el campo de futbol de la universidad, y me estaba hablando, mierda no me había enterado, estaba tan metida en mi misma que no escuchaba ni que me decía.

-Pues después de este breve recordatorio de la clase anterior, ponte en posición, vamos a empezar las practicas.

-Vale-Dije yo con voz medio ronca.

No podía dejar que se diera cuenta de que estaba nerviosa, intente poner la mente en blanco y dar lo mejor de mi.

Después de 15 minutos ya estaba en el suelo, mierda, odiaba que me ganaran, en cualquier cosa.

-Vas mejorando, eso me alegra.

-¿Mejorando? Me has ganado, eso es algo que odio.

Se aproximo a mi, me cogió de la muñeca y tiro con suavidad para ayudarme a levantarme del suelo, y con una voz profunda me dijo:

-Ahora me has encontrado a mi, te costara ganarme.

Al notar más calor en todo mi cuerpo, le solté su mano de mi muñeca rápidamente.

Y cuando iba a contestarle con insulto, empezó a llover. Entonces me volvió a coger de la mano y me llevo hacia los vestidores, el lugar mas cercano del campus a el campo de futbol.

-¿Tienes ropa seca?

-Yo que sabia que iba a llover, no.

-Entra.-Dijo señalando al vestuario de chicos.

-Si hombre no pienso entrar.

C










Guerra de DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora