Capítulo l

3.4K 178 31
                                    


Mo estaba harto, estaba más que harto de los gritos, los golpes y los insultos. Lo había soportado bien los últimos meses, pero su paciencia estaba rebasando los límites. Y hoy por fin su ira contenida dentro de su pecho había escapado transformada en groserías.

-¡bastardo!- su grito resulto fuerte y aterrador, después propino un golpe que fue desviado con facilidad y luego un puño contra su mentón, sintió como su labio se abría ante el impacto y la sangre comenzaba a resbalar por sus labios, su lengua y su garganta. El dolor de la humillación fue más fuete que el dolor del golpe, las lágrimas se arremolinaron en sus ojos y salió corriendo de su casa, maldiciendo y llorando.

Odiaba su puta vida.

Corrió por los pasillos mal iluminados del edificio de departamentos donde vivía. Las lágrimas caían libres por sus mejillas, odiaba sentirse tan inferior tan solo doblo hacia las escaleras y choco con alguien sin embargo siguió con su escape de esa realidad.

-Espera- una mano grande y tibia lo sujeto del antebrazo el mundo pareció detenerse, su cara lastimada y llorosa se contrajo en una mueca de sorpresa. El pelinegro lo miro con interés por unos segundos.

-Parece que comenzará a llover—Shan sintió que la boca que se secaba. El tipo alto se quitó la chamarra y se lo puso sobre los hombros escuálidos – ten cuidado—dicho esto recogió las bolsas del supermercado que traía consigo y siguió subiendo por las escaleras.

De pronto las ganas de huir y desaparecer en un lugar oscuro y frío se fugaron de su mente, una brisa de aire frío le pego en la nuca. Sorbio mocos y con el dorso de la mano se limpió la sangre que ahora lentamente escurría por su mentón.

Bajo los escalones hacia el descanso de la escalera y se sentó, cerró los ojos y el recuerdo de esa mano tibia sobre su brazo le reconfortó por esa noche.

...

Aquella escuela era diferente, no estaba tan mal. Los grandes jardines estaban cuidados y los pasillos parecían bien iluminados, las estancias limpias y los alumnos no parecían mafiosos delincuentes. En general no era como Hetian se imaginaba una escuela pública. Tampoco es que fuera un chiquillo rico y delicado, nada de eso.
Se paseo por los pasillos y llego a su nuevo salón, un maestro de baja estatura lo presento y los murmullos se hicieron presentes, no es que fuera un creído, pero bien sabía que su físico era de lo mejor. Así que fácilmente se acoplo a ser el centro de atención. Todo sería lo mismo de siempre, pensó para si con un toque de cansancio, una vida estudiantil común, dentro de una vida no tan común. Y cuando sintió que el universo lo iba a decepcionar de nuevo algo cambio, hubo un clic en su cerebro y el apareció. Y pensó por un momento que la atracción a simple vista no era una mentira. Sus ojos se posaron sobre su rostro fino y le encanto.


-¡Mo! ¡Mo!- el rubio ruidoso se abrió paso entre las personas del pasillo para llegar hasta su amigo pelirrojo. MoGuanShan puso los ojos en blanco, aun no entendía cómo es que aquel sujeto tan efusivo y alocado era su mejor amigo.

-¿qué? ¿por qué eres tan ruidoso JianYi? - se quejó Mo y uno segundos después tubo a Jian colgado de su cuello.

-hay un chico nuevo en mi salón y es guapo- le grito en el oído, Mo tomo a JianYi de la cintura y se lo despego del cuerpo.

-¿y qué quieres que haga?-

-bueno yo...- JianYi dejo de hablar y sus ojos se posaron sobre la herida en el labio inferior de Mo -¿paso de nuevo?-

-no tiene importancia Yi-

-lo tiene Mo, no puedes dejar que eso pase- el rubio se enfureció- debes decirle a alguien-

-nadie hará nada-

-yo puedo...-

-no- lo interrumpió Shan- no puedes, solo déjalo estoy bien-

La efusividad del rubio murió en ese instante. Suspiro y sin decir nada más abrazo a su amigo.

-¡no hagas eso!- le grito sonrojado el más alto, JianYin sonrió, quizás no podía meterse en los problemas familiares de Mo pero podía hacerlo sentir feliz – Ven te invitare un sándwich para el almuerzo-

Shan se dejó llevar por su amigo y mientras lo hacía se debatió entre contarle o no a JianYi sobre el chico alto de manos tibias que la noche anterior lo había ayudado. Dejo de lado ese pensamiento.

Ese día cuando llego a su departamento estaba vacío y frio. Suspiro aliviado, no tendría que soportar al idiota esposo de su madre. Recorrió el lugar con cuidado había un par de botellas de vino sobre la alfombra de la maltrecha sala. Mo esquivo las botellas y se fue a encerrar en su pequeña habitación. Abrió la ventana para dejar correr el viento, en invierno no había mejor lugar que su tibio cuarto sin embargo en verano era toda otra historia, el lugar se volvía tan cálido que ni su ventilador encendido podía ahuyentar el asfixiante calor, para su suerte aún el verano estaba a meses de llegar. Abrió la puerta del pequeño closet y saco la chamarra negra. La prenda emanaba un olor a perfume caro. La acaricio con la punta de los dedos y llego a la conclusión de que quería ver de nuevo a ese sujeto.

….

Hetian tomo asiento en una de las mesas que la escuela tenía en el patio, no era cómoda, pero gracias a la sombrilla que incluía la mesa se podía proteger de la luz del sol otoñal. Su grupo de fans se le unió y mientras entre ellas hablaban pidiendo de vez en cuando su opinión, fue cuando lo vio de nuevo.

Delgado, con ese llamativo color de cabello, esos ojos brillantes y se juró que no pararía hasta conseguir una cita con aquel sujeto. El chico retozo unos metros y de un salto abrazo a otro chico.

Los cabellos rubios y pelirrojos se mezclaron, Hetian entonces lo reconoció, ceño fruncido actitud acida, aquel chico vivía en el mismo complejo de departamentos al cual hace algunas semanas se había mudado, la pregunta era ¿qué clase de relación podía tener con su lindo rubio?

No, no es como ningún otro amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora