Ayuwoki y Yo

Era una noche cálida y silenciosa, no había nadie en casa, solo yo junto a mi gran soledad que me consumía, solo produciendome un pequeño deseo de hablar con alguien.

Fui a la cocina, tenía hambre y pensé en hacer unos huevos revueltos que me ayudarían a saciarme por el momento.
Algo andaba mal, dije a mi mismo al sentir a algo, o alguien, que estaba en el piso superior de la cocina, mi cuarto.
El hambre era irrelevante en ese momento, subí lentamente las escaleras para descubrir al causante de mi angustia. Abrí la puerta, inseguro, no, habia alguien.

-¿Quien eres? Pregunté
-A-a-y..
-¿Ay? Estaba seguro de que asi no se llamaba
-Ayuwoki, dijo con una voz imponente

En ese momento, vi su rostro aterrador, saltó sobre mí y empezó a tocarme, a hacerme algún tipo de exámen, desgarró mi ropa, mientras él hacía lo mismo, de alguna manera, estaba ansioso, pero el miedo me seguía consumiendo...

Me tiró contra la cama, ya desnudos los dos, empezó a besarme el cuello y entré en un éxtasis inimaginable, tenía miedo, pero lo hizo, introdució su pene dentro de mi, se movia lentamente al principio, aunque aumentaba el ritmo de sus embestidas a cada minuto que pasaba, los dos los disfrutamos.
Cuando terminó, me dejó un pequeño regalo, una foto de nosotros cuando lo estabamos haciendo, la aprecié mucho pues fue mi primera vez.

Hoy, estoy sentado escribiendo esto, esperando a que el Ayuwoki me vuelva a visitar...