Capítulo 16. Te amo.

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Cuando llegué a la veterinaria, pude ver la patrulla del sheriff estacionada a un lado de la puerta, sin darle importancia, pateé la puerta para entrar asustando a las dos personas que habían ahí dentro.

Acosté con delicadeza a Evan en la camilla de metal y giré para ver a Deaton.

- Por favor, has algo - pedí desesperado.

Deaton se acercó rápidamente a la camilla para ver a Evan.

- ¿Que pasó esta vez? - preguntó preocupado, mientras analizaba las heridas del lobo.

- Los sacos de pulga hicieron esto - espeté con enojo, yo de verdad deseaba matarlos, acabar con sus miserables vidas, pero no quiero volverme un asesino por culpa de ellos.

- ¿Como? - inquirió sorprendido el druida sin dejar de verificar las heridas - ¿Por que harían algo así?.

- Me odian y saben que Evan es especial para mí, querían lastimarme a través de él - respondí, todo esto es mi culpa, si tan sólo me mantuviera alejado de Evan, nada malo le habría sucedido.

- Hablaré con ellos luego - instó enojado Deaton.

Me quedé observando en silencio como Deaton comenzaba a tratar las heridas, algunas eran profundas y otras no tanto, pero aún así parecían demasiado mal. Apreté las manos hecha puño, tan sólo ver a Evan de esa manera me hace sentir miserable, no pude llegar a tiempo a él y protegerlo.

Rompiendo en pedazos la polera que llevaba puesto Evan, Deaton comenzó a limpiarle las heridas para luego inyectarle un líquido turquesa, sabrá Dios que es eso, en el brazo. Luego de eso en todas las heridas salió un líquido negro.

- Le inyectaron veneno de kanima - informó el druida - paralizaron su cuerpo con eso y además en las heridas habían rastros de acónito.

- ¿Acaso planeaban matarlo?- mascullé con la ira creciendo nuevamente en mi.

- No lo se, Stiles, no lo se - manifestó.

- Él estará bien, ¿Cierto?- quise saber.

- Por suerte lo trajiste a tiempo, un poco mas y la historia sería diferente - acotó alzando levemente la cabeza.

- Si eso hubiera pasado, ellos no hubieran vuelto a ver la luz del día - espeté furioso.

- Tranquilízate, no estamos solos - eso era cierto.

Volteé a ver al sheriff que estaba parado cerca de la puerta mirándonos atentamente. Cuando sus ojos se encontraron con los míos, nos quedamos mirando por unos segundos, él parecía querer hacer preguntas de lo que estaba sucediendo pero no se decidía.

Aparté la mirada cuando un quejido salió de los labios de Evan, me acerqué a la camilla e inclinándome un poco hacia adelante acaricié su mejilla que por ahora se encuentra algo sucio y ensangrentado.

- Stiles, no creo que la pócima que le inyecté funcione - declaró Deaton. - Es demasiado veneno de kanima y acónito - alcé la mirada hacia Deaton.

- ¿Que debo hacer? - pregunté preocupado, no puedo perder a este chico que se a vuelto alguien importante en mi vida.

Deaton se quedó unos segundos pensando hasta que se le iluminó la cara.

- ¿Crees que eso funcione?- quise saber ya que había leído en su mente lo que se le había ocurrido.

- No lo sé, pero debemos intentarlo - acotó - claro... Si tu estas dispuesto dispuesto hacerlo. - me miró esperando una respuesta de mi parte.

- No se convertirá en mi beta, ¿Verdad?- pregunté.

- Es tu pareja destinado, no creo... No estoy seguro - se quedó pensando unos segundos - ¿Pero que tiene de malo si eso pasa? .

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