EL OCTAVO PECADO CAPITAL ( NANATZUNO TAIZA

capitulo 5

NARRA BAN*
Souka es una hermosa chica pero como muchos sabemos el primer amor no se olvida tan fácil, pero llevo casi 300 años sin Eleani y la soledad me afecta, estoy afuera de la taberna hoy no abríamos, hasta mañana mi mente se encuentra pérdida, ya es hora de enterrar a Eleani y rehacer mi vida tal y como ella me lo dijo, le pediré a souka que seamos novios y hacer un pacto de sangre a si nuestro vínculo no se romperá, es maravilloso ver cómo ella pelea.

NARRA SOUKA.
±Capitan MELIODAS tenemos un problemita.
* Que pasa souk*
± siente ese poder capitán
* Si son Melascula y Galand*
± Escanor te gustaría pelear a mi lado.
* Por supuesto que si señorita souka*
- muy bien a desaparecer a estos idiotas
Melascula: mira Galand son los siete pecados capitales– dijo la mujer con cara de loca llamada Melascula de fe

Galand: jajajajajajaja – rio fuerte ante su comentario el de la armadura roja

- te voy a destruir maldita loca, no eres más que un demonio siguiendo órdenes de un jodido idiota como lo es zeldris- dije de manera agresiva.
Galand: como te atreves a insultar a un mandamiento humana.
- jejejeje es que no soy humana que piensa que voy a insultar a Melascula de la fe y no soy capaz de hacerle frente,

Escanor vamos a terminar con estos dos idiotas -

Al terminar de decir eso le di la orden a Ritsu de que cambie.

- liberación de Ritsu tesoro sagrado del octavo pecado capital souka
Ritsu cambia a modo demoniaco y lanza demoníaca y has capullo de luz oscuro
Dije frente a Melascula

- sabes Melascula los mandamientos son algo estúpidos.

Dije golpeándola y ella intento sacar mi alma pero se desintegró en el proceso junto a Melascula, mi pecado es matar a quien sea que intente algo malo, soy tu mayor pesadilla Melascula la golpee hasta dejarla si ser capaz de moverse
- Escanor termina por mí por favor- dije dando la vuelta, cuando Galand se atraviesa en mi caminó

– a donde crees que vas pecado?- pregunto con una estúpida sonrisa.

– pues a ti no te importa idiota, no tienes derecho a preguntarme nada– dije dándome la vuelta y dirigiendome a donde el capitán