¿Chica nueva? Teen Wolf

No era la primera vez que me ponía nerviosa justo antes de quitarle la vida a alguien. Pero este alguien era diferente (cómo no).

Su nombre era Derek Hale. Era mi misión el matarle ya que él había hecho lo mismo con mi padre. 

Tarde de 2009, agosto: papá sale a sembrar el huerto, como suele hacer. Casi nunca sale nada comestible, pero por intentar no se pierde nada. Media hora después de que esté fuera, miro a la ventana para verle, pero veo que ya no está en el huerto. Un hombre vestido de negro le acompaña, como a medio kilómetro de la casa, en dirección a las montañas. Salgo de mi habitación y corro hacia donde están. Si esto tiene algo que ver con mi naturaleza debería parar lo que sea que esté pasando. Voy tan rápido que llego en poco tiempo hacia donde están ellos. Sin embargo, no dejo que me vean. Me escondo detrás de un gran árbol y observo.

No oigo nada de lo que dicen. No logro captar ni una palabra. Y eso que se supone que tengo un super oído. Cuando saco mi cabeza del escondite ya no les veo. Camino un poco más pero me doy cuenta de que han desaparecido. Vuelvo a casa a paso normal, como el de un humano, con la esperanza de encontrarme a mi padre en casa.

Pero no está.

Espero horas y horas sentada en mi habitación, mirando por la ventana. Pero no llega. 

Cuando cae la noche, cuando me siento con más energía, vuelvo al camino en dirección a las montañas.

Y me lo encuentro allí. Con la camiseta quitada y un gran y profundo corte en el abdomen. Y sé que él mismo no ha sido, porque no es como yo. Pero sé de alguien, que en ese momento sale corriendo de detrás de un arbusto, que es cómo yo. Es el mismo chico de negro que acompañaba a mi padre hace unas horas. Es el mismo hombre lobo que le ha matado. Es Derek Hale.

-¿Cómodo? 

-Sinceramente, no mucho. Si te interesa mi comodidad, podrías quitarme las cadenas.

-Mmm, me parece que no.-respondo.

-Al menos lo he intentado.

Me paseo por el garaje durante un tiempo observando la sangre que caía de las muñecas de Derek. Ciertamente cómodo no estaba. Derek Hale era un guapo hombre lobo que no paraba de sacar sus uñas y de hacer que sus ojos se volvieran de distinto color. Pero yo ya estaba acostumbrada a ese tipo de cosas en mi vida. Y a peores. Eso no me hacía sentir miedo.

-Tengo que terminar esto pronto. -le digo- Así que cuando pulse este botón, - dije señalando al botón que conectaba la electricidad a las cadenas- muérete rápido. Por favor.

-Oh, sin problema.

Y me sonríe, el muy idiota. Era una pena que un cuerpo tan musculoso fuera desperdiciado con esa horrible personalidad. Pero vengar a mi padre era lo primero.

Le lanzo una mirada furtiva y me dirijo al botón. Sin embargo, un segundo antes de que lo presione, la puerta del garaje empieza a levantarse. 

Nunca me había pasado algo así. Nunca me había tenido que topar con gente que quisiera destrozar mis planes porque a nadie le interesaban.

Me doy la vuelta y la luz del día me ciega. Cuando por fin logro ver, un chico de pelo negro y ojos brillantes de color rojo ya tiene su garra en mi cuello. Prefiero no defenderme. Puede que eso le haga ver que soy una chica buena. Cosa que no soy y que ¡claramente no va a pensar cuando tengo a Derek atado!

Antes de que pueda pensar o hacer algo, me dice algo que me descolocará.

-Déjale ir. Derek no mató a tu padre.