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-¿Qué narices estás haciendo? -le grito, mientras le quito la garra de mi cuello con un movimiento brusco.- ¿Tú que sabrás de todo esto?

El chico debe de ser bastante fuerte porque a los pocos segundos ya está de nuevo en pie y listo para la lucha. Sin embargo, antes de poder desafiarle, el mundo se emborrona y caigo al suelo.

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Abro los ojos lentamente. Al principio no recuerdo qué acaba de pasar pero enseguida la escena me viene a la mente, y con ello me despierto del todo.

Miro alrededor pero está demasiado oscuro como para ver algo. De repente me doy cuenta de que estoy en movimiento, y de que se oye un motor. Me alarmo y supongo que Derek, con la ayuda de su amigo, me habrá secuestrado. Para matarme, porque si quiere alguna recompensa no va a tener a nadie dispuesto a pagar.

Esto me entristece y me hace pensar en mi padre. ¿Tendría razón el chico de ojos rojos? ¿Derek podría no haber matado a mi padre? Pero la idea se me quita de la cabeza velozmente. Yo le vi. Le vi junto a mi padre. Y durante el tiempo que miré por la ventana hacia el campo no vi a una sola persona más. Sólo a él, junto a mi padre por un momento, y huyendo al siguiente.

La esperanza que me sobreviene en aquel instante no tiene que ver con que Derek no matara a mi padre, sino con mi plan para matar al hombre lobo. Obviamente mi idea iba a tener que cambiar pero sabía que lo podía conseguir. Me llevaría más tiempo pero sabía que podía acabar con él.

Sin embargo tenía un inconveniente. En ese momento estaba en la parte de atrás de, por lo que parecía, una furgoneta, conducida por Derek y por su "maravilloso" amigo. Así que si cuando pararan el coche tenían planeado matarme lo tenían fácil.

Pero yo tenía esperanza. Igual que la tenía el día que mataron a papá.

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-¡Papá!

Me miro el corte profundo que me acababa de hacer en la mano con asco e intento apartar la vista, aunque no puedo porque tengo miedo de quedarme sin extremidad.

-¡Papá, por favor!

-¿Qué....? ¿Qué te has hecho, hija? - mi padre coge asustado mi mano y me lleva hasta el grifo del taller. El agua está congelada y todo mi brazo tiembla mientras sigo llorando de dolor. - ¿Cómo has podido hacerte esto?

Yo no puedo pensar en nada más que en el dolor y en la sangre juntándose con el agua y formando un torbellino... 

-¡Hija, por favor! Ya sé que te duele pero necesito saberlo.

-Yo... yo... mira mis uñas, papá, míralas. Son horribles y cortan mucho.

Mi padre me mira con una cara de preocupación que me asegura mi idea de que mi situación es grave. Más de lo que pensábamos.

Después de unos minutos, cuando la sangre deja de manar, coge un paño que milagrosamente está limpio y me lo anuda cerrando la herida. Ni siquiera sé si eso es lo correcto. Después subimos las escaleras y llegamos a la cocina, donde mi padre se sienta velozmente en la primera silla que ve.

-Así que es cierto.

-No nos pongamos en lo peor, papá...

-¿Te has visto las uñas? - me dice ya más tranquilamente que antes. - Es lo que me dijo, hija, lo que dijo que iba a pasar. Quizás debiste haber ido con él.

-¡Nunca, papá! Yo me quedo aquí. No sé en que me estoy convirtiendo pero...

-Mara, lo sabemos. No al cien por cien, pero todo lo que me dijo ese chico se está cumpliendo.

-¡Es su culpa! ¡Fue él quien me clavó sus garras!

Mi padre suspira.

-Sí, y sabes que si no lo hubiera hecho hubieras muerto, y muy dolorosamente.

-Lo que me duele mucho a mí es la mano.

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¿De verdad me he vuelto a dormir? Derek me ha debido dar alguna bebida para adormirlarme o simplemente me ha pegado brutamente, porque si no, no lo entiendo.

Justo cuando recobro el sentido, el vehículo se para. Oigo las puertas delanteras abrirse y al poco tiempo cerrarse. Distingo el sonido de pisadas que se acercan a la parte trasera de la furgoneta.

Las puertas que tengo delante de mí se abren, y a la luz de la luna aparece Derek, quien, aunque matara a mi padre, me salvó la vida.

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⏰ Última actualización: Aug 20, 2015 ⏰

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¿Chica nueva? Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora