[...]Quiero ser muchas cosas, tanto encerrado dentro de mí. Quiero ser más fuerte, demasiado tiempo he estado aquí indeciso, planeando la estrategia, la mitad de mí sabe que todo esto es un error. Fallando miserablemente, drásticamente y luego me estrello dramáticamente contra una pared que he golpeado cientos de veces. Y, sin embargo, sigo ignorando las manchas de sangre roja oscura en el suelo. Y estoy de nuevo frente a ti, Señor, con la sangre en el suelo. ¿La sangre es mía o tuya? No quiero hacer esto nunca más. Yendo y viniendo entre ser yo y quien tú me llamas a ser. Ves a un hombre libre que piensa que tiene que comprar una llave. A una puerta pero no puede porque es pobre y no puede cae más porque ya está en el suelo.[...]Dicen que el océano es azul pero es negro ahora.
[..]El cielo me ha dicho que al océano le ganaré, pero es difícil para mí ver donde termina el océano y empieza el cielo. Un ataque de luz al azar me recuerda lo que es verdad, pero ahora el océano es más oscuro que el negro, y el cielo también.