Parte 1

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Aquí estoy, viendo la playa de Miami desde el gran ventanal, esperando mi turno para ser atendida, mientras la otras chicas se arreglan para verse esplendidas para el que será mi nuevo jefe, si mi nuevo jefe, porque el trabajo es mío, él se encargó de que lo fuera desde el primer día en que se contactó con migo, solo había que guardar las apariencias para que no haya ninguna habladuría y no se levante sospechas.

Flashback

—Te presentaras allí la próxima semana, asegúrate de ir preparada, el puesto es tuyo ya te lo dije, así que no te preocupes.

—Si lo sé, sólo estoy un poco nerviosa.

— ¡No deberías de estarlo! — me lo dice un poco más fuerte, eso hace que algunas personas que están a nuestro alrededor se volteen a vernos, lo fulmino con la mirada, se da cuenta de lo que acaba de hacer y continua con la voz más calmada. —Estamos planeando esto desde hace un año, no te puedes echar hacia atrás.

—Primero háblame bonito, segundo no me voy a echar para atrás, ya estamos aquí no hay vuelta atrás—Se me queda mirando y sus labios se levantan mostrando una sonrisa ladeada, como lo que le dije le acababa de divertir, eso me enoja aún más.

—Bien eso espero, te veo la próxima semana cuando ya estés en tu puesto de trabajo, recuerda que tú y yo no nos conocemos, ni sabes quién soy ¿Entendiste?

—Si claro que lo entendí.

Le muestro una sonrisa más falsa que los billetes de alasitas, levanta la mano derecha llamando al camarero, el camarero se acerca y él le entrega su tarjeta, cinco minutos después vuelve con la tarjeta, sin más que decir se levanta del asiento y se va; ni siquiera termino de comer, al menos pagó la cuenta.

Fin Flashback

—Todas la señoritas que están postulando para la vacante de secretariado ejecutivo, acérquese por favor.

Me doy la vuelta para ver a la dueña de esa voz tan desesperadamente chillona, es una mujer de unos 30 años de edad, es delgada con las curvas en su lugar, con rasgos atractivos, lo curioso es que tiene el cabello rojo atado en una coleta alta; me acerco a ella como las demás chicas, espera hasta que estamos todas y continua.

—Les tengo que informar que el señor Stone tuvo que retirarse por una emergencia familiar— ¿Emergencia familiar? Si como no, hace menos de una hora lo vi besándose con una chica dentro de su auto en el aparcamiento, obviamente él no me vio. —Así que las entrevistas las dará el gerente financiero, el señor Brown, cada una pasará según el orden en el que llegaron.

Pasa como una hora y media más o menos, si fui la última en llegar, pero no fue mi culpa bueno si pero eso ya no pasará, escucho mi nombre por esa voz chillona, coloco mi sonrisa radiante y me acerco a la puerta que me señala toco un par de veces, espero que diga "Adelante", me adentro a la oficina, lo veo sentado en un sillón grande color negro, parece muy concentrado en lo que lee.

Levanta la mirada, me observa al menos durante unos tres minutos con unos ojos tan profundos que pueden decir muchas cosas pero a la vez nada, ladea la cabeza en un amago de sonrisa, me di cuenta que estaba observando mi vestuario y eso le causa risa, porque lo que llevo vestida es algo decente, con una falda de tubo hasta las rodilla y una camisa blanca con mangas largas.

Claro no vine con una minifalda como las que entraron antes de mi, hace un asentimiento con la cabeza, diciéndome que tome asiento, lo hago, me dedico a observa r su oficina, es mediana, su escritorio es de vidrio, tiene a lo mucho tres cuadros, detrás de él hay un gran ventanal, al lado de este hay una puerta de color café debe ser el baño; con una voz segura le digo:

—Buenos días señor Brown.

—Buenos días señorita Lara C. Miller, una mujer de clase media, estudió administración de empresas en una universidad privada, pero postula para ser secretaria de presidencia, termino sus estudios a sus 21 años de edad, actualmente vive con su abuela y su tía, no tiene a sus padres porque ellos fallecieron, él en un accidente automovilístico y ella por cáncer en el...

— ¡Basta! Eso no está en mi hoja de vida, no tiene por qué recordármelo Cameron.

—No claro que no, eso lo debe tener muy presente ¿Verdad? —Su mirada cambia a una de satisfacción, eso me hace enojar aún más—Bueno eso no importa, lo importante es que estas aquí y el puesto es tuyo, recuerda que tienes que hacer un buen papel para que sea creíble, ya te puedes retirar espera la llamada de mi secretaria, ah llámame señor Brown.

—Claro señor Brown, nos vemos el lunes—con un giño de ojo me levanto de la silla y me dispongo a salir, llego a la puerta de color café oscuro, la abro y antes de salir me detengo y agrego—Oculte la felicidad de verme aquí señor— le dedico una sonrisa triunfante, inmediatamente el borra su sonrisa y por fin salgo de esa oficina.

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⏰ Last updated: Mar 04, 2019 ⏰

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La dulce venganzaWhere stories live. Discover now