Tweek fue el único hijo producto de la unión entre dos jóvenes herederos de grandes empresas multimillonarias con sus cedes centrales ubicadas en South Park, Colorado. Ambas compañías salieron enormemente beneficiadas ante este matrimonio arreglado.
El pequeño rubio de deslumbrantes ojos verdes creció en un hogar repleto de amor, atención, miradas cargadas de aprobación y, sus padres, jamás le negaron ningún capricho ni deseo. Ambos jóvenes se sentían bastante infelices formando parte de un matrimonio arreglado por sus propios padres como para forzar a su pequeño hijo a sentirse desdichado también. Deseaban, con todo su corazón, brindarle la mejor vida posible a su amado pequeño.
Y así lo hicieron: los mejores juguetes o aparatos electrónicos diseñados eran comprados rápidamente para que Tweek jugara con ellos, los mejores dulces fabricados eran disgustados por él y, no sólo se encargaban de brindarle objetos materiales, sus progenitores, a pesar de tener tantas obligaciones y responsabilidades laborales, siempre lo acurrucaban por las noches. Se aseguraban de que se quedase totalmente dormido antes de abandonar la lujosa habitación. No importaba si la cantidad de trabajo por hacer rozaba el techo de su mansión, los señores Tweak no dejaban pasar un solo día sin demostrarle todo su amor a su único hijo.
Cuando el rubio cumplió los tres años de edad fue inscripto en un Jardín de Infantes de élite, en el cual aprendió dos idiomas además de mejorar la pronunciación del lenguaje materno. Con la edad de seis años ingresó en la mejor escuela primaria de South Park, a la cuál sólo podían acceder los hijos de famosos, los niños provenientes de familias adineradas o aquellos pequeños con un muy alto coeficiente intelectual que pudiesen obtener una calificación sobresaliente en un examen de ingreso sumamente complejo, incluso para un adulto promedio.
La familia de Tweek se encontraba conformada en su mayoría por alfas dominantes y claro ésta, que no se esperaba algo diferente del más joven de sus integrantes. Pero, todavía debían esperar unos cuantos años para someterlo a exámenes médicos y dar cuenta de su condición. A pesar de aquello, todos los integrantes de la familia Tweak, sus tíos, primos, abuelos e incluso sus padres se sentían enormemente orgullosos de ver los rasgos tan masculinos que el niño iba desarrollando a medida que iba creciendo. Por lo general, los hombres omegas poseen rasgos más afeminados a comparación de los hombres alfas y por esta razón, se encontraban casi cien por ciento seguros de que Tweek sería un alfa dominante, un hermoso y talentoso alfa.
Cuando Tweek Tweak alcanzó los catorce años de edad, fue sometido a rigurosos exámenes físicos organizados por la institución educativa de élite a la cuál concurría. Luego, tuvo que esperar dos semanas aproximadamente para obtener los resultados. Los mismos se otorgaban de manera anónima para preservar la privacidad de los jóvenes. Un hombre vestido con un traje blanco, de unos aproximadamente cincuenta años de edad, se presentó frente al alumnado y les entregó uno por uno un sobre de papel madera que contenía el resultado de los estudios médicos. Fue nombrándolos según el orden alfabético de sus apellidos. Tweek que siempre se caracterizó por ser ansioso y no tener demasiada paciencia a la hora de esperar, comenzó a impacientarse cada vez más y más. Quería saber de inmediato su condición. Comenzó a morderse sus propias uñas buscando aliviar un poco los nervios, hasta que por fin su nombre se dejó escuchar en el aula. El pequeño rubio se puso de pie, tomó una postura erguida y caminó hasta el sitio dónde se encontraba el doctor, luego, tomó el sobre de papel madera con ambas manos y le agradeció con timidez. Regresó a su pupitre y con total desesperación y de manera torpe abrió el sobre dejando al descubierto sus resultados médicos.
- No puede ser... - Dijo Tweek en voz alta con una gran expresión de asombro dibujada en su rostro. - Soy un Omega. - Terminó de decir y dio un fuerte golpe contra el pupitre de madera produciendo un sonido casi ensordecedor que captó la atención de todos los presentes dentro del aula. Algunos de sus compañeros lo observaron con el ceño fruncido y la profesora lo miró totalmente preocupada. Nunca había visto a Tweek comportarse de esa manera. En ese instante, el rubio sintió mucha vergüenza y entonces, pronunció con gran dificultad. - Lo siento mucho. - Se disculpó y salió rápidamente del aula. Se sentó en el suelo escondiendo su rostro entre sus piernas. Se sentía muy triste "¿Cómo les diré a todos que soy un omega?", se sentía muy avergonzado "Todos deben pensar que soy un alborotador por mi reacción". Se sumergió en un mar de pensamientos que le causaban un pequeño dolor en el pecho e inundaban sus ojos con lágrimas cristalinas ansiosas por bajar por sus rosadas mejillas.
- ¿Estás bien? - Una voz desconocida llamó la atención del rubio, sacándolo de sus profundos pensamientos y haciéndolo levantar el rostro para ver de quién se trataba. Era un chico de su edad de cabello negro, unos bonitos ojos azules y una muy característica voz nasal.
- Estoy bien... - Dijo con la voz entrecortada Tweek. Un par de lágrimas cayeron egoístas por sus suaves mejillas pero él con un rápido movimiento las limpió.
- Me llamo Craig, Tucker. - Se presentó el azabache extendiendo su mano derecha.
- Soy Tweek, Tweak. - Dijo tartamudeando el rubio sujetando la mano del receptor. Craig le sonrió y Tweek se sonrojó hasta las orejas. El azabache lo ayudó a ponerse de pie y luego, se despidió y comenzó a caminar en dirección al aula.
Tweek se quedó observándolo boquiabierto y con el corazón latiendo a mil por hora. Se enamoró a primera vista. Se enamoró perdidamente de aquel niño desconocido.
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♡ Amor Melifluo ♡ [ Creek - Omegaverse]
FanfictionCraig nació en una familia humilde en South Park, Colorado. Gracias a su gran inteligencia y perseverancia logró ingresar a una institución educativa de élite. Allí conocería, por casualidad, a Tweek, el único hijo de una familia multimillonaria con...