- ¿Qué...? Craig... ¿Qué escuchaste? - Tweek comenzó a tartamudear a causa de los nervios, mientras secaba velozmente sus lagrimas utilizando el suave pañuelo.
- ¿Estás bien? ¿Te lastimaste? - Preguntó el azabache, esquivando la pregunta del rubio.
- Es una pequeña herida superficial... Estoy bien. - Exclamó.
- Me alegra oír eso. - Exclamó Craig y un silencio incomodo se hizo presente en el amplio pasillo.
Los tres jóvenes permanecieron en silencio un par de minutos, hasta que Craig añadió - ¿Aún tienes esa maravillosa consola de vídeos juegos? - Interrogó, desviando su rostro, evitando cruzar miradas con Tweek. - Es que hoy mi jefe me dio el día libre y, bueno yo pensé que... -
- Sí, Tweek aún conserva esa consola de vídeos juegos ¿Verdad, Tweek? - Respondió rápidamente Kenny, con una gran sonrisa dibujada en el rostro.
- Y-yo... Sí, es verdad, entonces... ¿Quieres ir a mi casa hoy, Craig? - Exclamó Tweek poniéndose de pie.
- Sí, me gustaría. - Dijo el azabache y una pequeña pero cálida sonrisa de lado se dibujo en su rostro. Eso hizo sonrojar al rubio frente a él.
- ¡Oh! ¿Quieres venir con nosotros, Kenny? - Preguntó Tweek algo avergonzado, se había olvidado de invitar a su mejor amigo.
- Yo no puedo, tengo clases de piano por la tarde. Diviértanse ustedes dos. - Respondió Kenny y, luego, los tres jóvenes se adentraron dentro del aula de clases.
Y así fue, al horario de salida ambos jóvenes caminaron juntos hasta la casa del rubio. Tanto para Craig como para Tweek fue un momento bastante incomodo, ninguno sabía bien que decir y, el rubio, sospechaba que el azabache había oído más de lo que a él le hubiese gustado en los pasillos de la escuela. Y se preguntaba entonces ¿Por qué Craig propuso ésto luego de escuchar explicitamente sus sentimientos? ¿Sería posible que sintiese pena por él? ¿Compasión? ¿Lastima? ¿Acaso era ésta su forma de demostrar que sientía lo mismo que él? ¡No! ¡Imposible¡ Tweek no tenía ni la menor idea y cuanto más pensaba más confundido se sentía al respecto. Responder a esos interrogantes era realmente algo imposible para él, pero, de todas formas, se sentía muy feliz de estar en compañía del azabache.
- Mis padres son realmente un dolor de huevos. - Exclamó Craig mientras presionaba rápidamente los botones del joystick. - Desde que les comenté que soy Alfa insisten en que me anote en el equipo de béisbol de la escuela. ¿Por qué haría eso? Soy pésimo en deportes y ni siquiera me gusta. -
- A mí me encantan los deportes, pero, supongo que hacerlos por obligación debe ser tedioso. - Enunció Tweek sin despegar la vista de la pantalla de la televisión.
- ¿Tus padres están contentos de que seas Omega? - Interrogó el azabache.
- No lo saben... - Exclamó avergonzado Tweek.
- ¿Por qué? ¿No les dijiste? -
- Bueno... Yo... Les mentí, les dije que soy Alfa y ellos me creyeron. - Exclamó Tweek mirando de reojo al azabache junto a él. - Los desilusionaría mucho saber que no soy Alfa... Yo... Yo quisiera que mis padres siguiesen sintiéndose orgullosos de mí. - Su voz sonó entrecortada.
- No te preocupes... Está bien. Supongo que fuiste al médico por tu propia cuenta sin que ellos lo supieran. -
- ¿Al médico? ¿Para qué? - Preguntó Tweek. - ¡No estoy enfermo! - Enunció tocándose la frente.
- ¿Para qué? Para que te den tus pastillas, ya sabes, para el celo y esas cosas. - Craig presionó el botón que pone en pausa el juego y lo observó confundido. - Tweek, a tu edad los Omegas generalmente tienen su primer celo y es muy peligroso si no tomas el medicamento apropiado para ti.
- No fui... Pero, eso no me preocupa. Soy un chico fuerte, no soy como esos Omegas con cuerpos súper delgados y baja estatura. Yo creo que puedo defenderme de cualquier Alfa que intente propasarse conmigo -
- Bueno, de todos modos creó que deberías ir, pero, es asunto tuyo. Tú decides. - Dijo Craig y, luego, ambos jóvenes continuaron jugando.
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♡ Amor Melifluo ♡ [ Creek - Omegaverse]
FanficCraig nació en una familia humilde en South Park, Colorado. Gracias a su gran inteligencia y perseverancia logró ingresar a una institución educativa de élite. Allí conocería, por casualidad, a Tweek, el único hijo de una familia multimillonaria con...