Pasaron días, semanas e incluso meses desde el momento en que el mundo de Jimin se derrumbo. Durante ese tiempo había evitado todo contacto con Hoseok o Min, a pesar de que el primero intentaba saludarlo. No quería saber nada acerca de ellos. Daba igual ser grosero con Hobie, fue su error no haber hecho nada para evitar el desastre. De hecho seguía con Yoongi a pesar de todo.
Si ese estúpido seguía tratando a Yoongi como un santo, es porque no tenia dignidad.
Como se alejo de los chicos, no tenia con quien estar en el descanso. Vagaba sin rumbo por el patio, evitando observar a las miles de parejas actuar tan cariñosamente por una fecha cercana: San Valentin*
Era demasiado increíble que alguien tan dulce como Jimin estuviera solo. A decir verdad, tenia buena relación con todos los de su clase pero todos dejaron de hablarle cuando un rumor(lanzado por Yoongi) aseguraba que había estado con todos los chicos de ultimo grado.
Esa vida últimamente triste y apagada del chico que alguna vez fue el mas amado de la escuela, termino el dia que una voz femenina le hablo en el pasillo.
-Hey, Jimin
-¿Si?- se dio la vuelta para ver quien era- ¿Hyuna?
-Hola pequeño-se acerco tranquilamente y le acaricio su (ahora) cabello gris.
Jimin ubicaba a la chica a pesar de que casi no convivieran. Era delgada pero no tan exageradamente como las demás, su cabello era rojo-anaranjado y largo, con una personalidad alegre y simpática. Por desgracia muchas personas decían que era una cualquiera. Esos comentarios eran producto de la envidia de las chicas al ver que llamaba la atención de los hombres.
-¿Qué hace aquí, noona? ¿Necesita algo?
-No tienes que hablarme formal, Jiminnie. He visto lo solo que andas últimamente y quería decirte que entiendo por lo que estás pasando.
-¿Qué quieres decir?
