Miro con atención a James, quien se encontraba apoyado tras una columna. Ambos estabamos tensos. Quizás entrar por el conducto de ventilación fue un error, ya que el edificio era lo suficientemente viejo como para que el techo se derrumbara y nos descubrieran.
Uno de los intrusos se acerca, rápidamente cojo una botella que había a mi lado y la estampo contra su cara. El sonido de los cristales rompiéndose se hace inevitable llamando la atención de más personas. Tapo su boca, rodeando con mi brazo su cuello y comienzo a hacer presión. El comienza a removerse intentando zafarse de mi agarre hasta que en un par de segundos para.
James intercepta a los otros dos, quienes el ruido de la botella había llamado su atención. Limpia su cuchillo de caza cubierto de sangre en sus pantalones y se aproxima a mi.
—Creo que no queda nadie más, ya hemos limpiado la zona y ni rastro de Mathew.
—No deve andar lejos demonos prisa.
Un sonido metálico hace que nos demos instintivamente la vuelta.
—Viene de la salida de emergencias ¡Vamos!
Corró detrás de el. En el callejón efectivamente se encontra Mathew, intentando escalar la verja que daba a la salida. James rápidamente lo tiró al suelo sin darle posibilidad alguna de escape. Asestándole un golpe en la mandíbula.
—¿¡Pero que te pasa tio!? ¡Nos mandas mercenarios a matarnos! ¿¡Es que eres imbécil!? —Otro puñetazo, esta vez en su estómago.
Mathew tose repetidamente recobrando el aliento. Me acerco a el con tranquilidad. De cierto modo daba grima ver a alguien agonizar de esa manera...
Coloco mi mano sobre su hombro.
—Creo que ya es suficiente James. Lo vas a dejar sin dientes y asi no hablará.
James me miró con cara de "¿pero a ti que te pasa?". Sin embargo respetó mi opinión no sin antes de darle una última patada.
—¿Donde está nuestras armas?—Exijí con dureza.
Mathew escupió sangre. Negó con la cabeza. James se acercó, lo tomó del brazo y se lo partió con una facilidad que me daba escalofrios. Mathew gritó a la vez que las lagrimas salieron.
James soltó una risa sarcástica acompañado de una amenaza.
—Venga, ¿a que esperas? Aun tengo muchos huesos por partir en ese mole que tu llamas cuerpo ¿sabes?
—L-las vendí .—Murmuró con un hilo de voz.
—¡Porque las vendistes! ¡Sabes que esas armas eran nuestras!
—Yo... —Balbuceó con la mirada inquieta.
—¿A quien se las vendistes?—Le interrumpí.
—A la O.R.A.I.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo.
—No me jodas... —Murmuró James soltando por completo el brazo de Mathew. Desenfundó la postola y disparó sin vacilar a su cabeza. —Será capullo.
—¿De verdad le ha vendido nuestras armas a esa organización loca?
—Parece ser que si... Escuché que estaban empezando un proyecto sobre experimentos con criaturas sobrenaturales.
—¿Es posible atrapar a esos seres? Hasta ahora las armas de fuego como las blancas son inútiles. Si no, la humanidad no estaría como esta ahora.
—Algún artilugio habrán conseguido esos locos para hacer de las suyas... —Murmuró—Pero ese no es el caso. Hay que recuperar las armas, no vendrán hasta dentro de los próximos tres meses y andamos ha cortos de munición.
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La Familia Grayson
FantasyHace años la magia estaba latente en todos los lugares, incluyendo el mundo humano. Sin embargo tras una revolución que marcó la historia, el mundo de los humanos y las criaturas sobrenaturales se separaron devido a las guerras constantes por los te...