Enterré en la cabeza entre mis piernas, y me abrace a mi mismo deseando que no me encontrasen.
El timbre sono. Pero no me moví de alli.
No se cuanto tiempo paso. Pero tenia muy claro que continuaría sentado en aquel retrete del baño del instituto.
Mi piel se erizó cuando escuche unos pasos.
Rece con todas mis fuerzas que no fueran ellos.
Note la puerta del baño abrirse.
Solo escuche unos pasos firmes tras el sonido de la puerta de mi cabina abriendose.
Ante mi se encontraba la imponente figura de la directora.
"¿Que se supone que esta haciendo aqui, Sr Conner? Vuelva a clase inmediatamente. Para dormir ya esta su casa" me dijo con su potente voz chillona que hacia retumbar mi cabeza.
A los pocos minutos, me encontraba en la puerta de clase. Respire hondo y abrí la puerta, encontrándome con decenas de ojos posados en mi.
No hice caso de lo que el profesor me dijo y me senté en ultima fila.
Note un par de malas miradas hacia mi y agache la cabeza, ignorandoles por completo.
Las tres primeras horas se me pasaron volando. El timbre que indicaba el recreo me saco de mis pensamientos.
Todo el mundo recogía sus cosas menos yo. Hoy pasaría la hora del patio en clase.
No quería encontrarme con ellos.
Cuando la ultima persona salió de clase cerrando la puerta, esta se abrió de nuevo bruscamente, dejando ver una alta figura seguida de sus cuatro lacayos.
Aquella impotente figura se llamaba Michael, lo reconocí en cuanto vi su cabello negro a juego con su ropa.
"Vaya, vaya, pero si es mi gran amigo Conny" escupió tras girarse hacia mi.
"Hola, Michael" dije sin ganas.
Vi que el y su grupo se acercaban a mi. Tenia miedo, mucho miedo, así que debía reaccionar de alguna manera.
"Tengo que ir al baño, adiós" hable recogiendo mis cosas para salir corriendo.
"Aww, claro. Nosotros te acompañamos" dijo haciendo un gesto a sus amigos.
Cuando me di cuenta, ya estaba entre dos de sus lacayos.
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Shattered club.
RandomPaul. Lauren. Kelly-Ann. William. Cuatro vidas. Distintas. Pero con algo en comun. Estan destrozadas.