Uva

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Sé que se hicieron varias tomas del beso pero en este escrito cuento como si fuera una sola, tratando de ponerle un poco de historia y describir la escena que todos vimos :)

(Aclaro que ante todo hay respeto y no es mi intención ofender a nadie. Respeto las relaciones de los actores con otras personas. Sólo es producto de mi imaginación, una historia que puedan disfrutar <3)

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Después de hacer varias tomas de la escena en la que Temo y Aristóteles brindaban con jugo de uva, Joaquín y Emilio ya estaban un tanto cansados de beber mucho de ese jugo. Tenían muy grabado en sus bocas el sabor peculiar de la bebida: dulce pero con un toque ácido que le daba un buen sabor.

Si bien la producción ponía sólo un poco de jugo en sus copas, su nerviosismo hacía que, en lugar de hablar, le dieran pequeños sorbos a cada instante mientras se acomodaban ciertas cosas a su alrededor para asegurarse de que todo saliera perfecto; por lo que sus copas eran rellenadas cada cierto tiempo.

Cuando el equipo por fin pudo obtener la toma perfecta, (pues sabían que era un momento muy especial para el público) les informaron que lo que venía a continuación sería el momento tan esperado por la audiencia: el beso.

Este beso se había hecho esperar durante toda la historia. Con interrupciones que dejaban a todos con las ganas de ver el momento en que por fin sucediera. Era una manera de alargar la expectativa de la gente para que se quedaran enganchados hasta el final, algo que no le agradó mucho a la audiencia después de la última interrupción. Aún así nadie pudo hacer algo contra las órdenes de quien exigía que el beso fuera al final de la novela.

El público lo anhelaba y (aunque no lo dijeran) Joaquín y Emilio también. Más por el hecho de concretar la historia y el significado que tendría para el público y los personajes, que por la curiosidad de probar los labios del otro. Aunque inevitablemente esto último también pasó por la mente de ambos dejando un rastro de intriga y emoción.

Si bien ambos trataban de mostrarse tranquilos, las miradas y expresiones nerviosas salían a flote notoriamente.

Cuando ambos se colocaron frente a frente para grabar la escena y escucharon la palabra "¡acción!" venir de atrás de las cámaras, fue cuando empezaron a salir más las respuestas que sus cerebros enviaban a su cuerpo como una fuga de sentimientos y nerviosismo.

Manos sudorosas, pupilas dilatadas, respiración un tanto agitada, labios secos y la necesidad de humedecerlos, mejillas sonrojadas, pulso acelerado y pestañeos rápidos.

Entrando en personaje y siguiendo el libreto se acercaron hasta quedar a pocos centímetros de distancia, bajando la mirada sólo para observar los labios del otro. Se quedaron quietos por un instante sintiendo su respiración e intercambiando miradas que iban de los ojos a la boca y viceversa, deseando probar de una vez los labios que tenían al frente. El momento había llegado.

Sin darle más vueltas a la escena, Aristóteles se acercó lentamente dando el primer paso y besando con mucha delicadeza los labios, hasta ese entonces inmóviles, de Temo. Atrapó su labio inferior e hizo una leve presión disfrutando de la suavidad que tenía.

Temo, por su parte, al sentir la presión de los labios de Aristóteles, decidió también presionar levemente para luego intensificar el beso con una pequeña y desapercibida mordida al labio superior de su novio. Mordida que inesperadamente sacó al personaje de su cuerpo, pues sintió un ligero sabor a jugo de uva que provenía de los labios de su compañero.

En ese momento se le hizo tan delicioso el sabor del jugo de uva que moría por probarlo de nuevo, sólo que esta vez no lo quería en una copa, lo quería en los labios de su amigo.

Se separaron ansiosos de seguir y abrieron un poco los ojos encontrando sus miradas por un microsegundo. Aristóteles amenazaba con darle paso a Emilio para que continuara con el beso. Sin embargo, el chico trató de ignorarlo y seguir con la escena.

Al juntar otra vez sus labios, Aristóteles atrapó el labio inferior de Temo nuevamente y, justo como pasó con Joaquín, Emilio sintió un ligero sabor a jugo de uva en los labios de su compañero, lo cual lo sacó completamente de personaje y le hizo inmediatamente atrapar el labio inferior de su amigo con sus dientes, mordiéndolo con la finalidad de saborear mejor el jugo que hace unos minutos lo tenía cansado.

Ambos siguieron con el beso, volviendo a abrir sus labios para después juntarlos y moverlos armoniosamente, disfrutando el sabor de uva que desprendían y la suavidad con la que chocaban.

Otro beso más. Esta vez Joaquín atrapó el labio inferior de su amigo, disfrutando la explosión de sabor a uva que tenía.

Y un beso más. Movían sus labios de manera lenta y suave, al ritmo que ambos llevaban cómodamente.

Al obtener las tomas necesarias, el equipo indicó que debían separarse, y lamentablemente tuvieron que hacerlo, dejando de probar el delicioso sabor que portaban sus labios.

Sus bocas se separaron difícilmente, abiertas e hinchadas por el largo beso que acababan de darse. Sus ojos se encontraron al instante en que los abrieron y pudieron notar sus pupilas dilatadas. Sus respiraciones iban coordinadas, rápidas justo como su pulso.

"¡Corte!"

Al escuchar esas palabras ya no era necesario salir de personaje, pues los dos lo habían hecho hace unos segundos cuando intercambiaban besos ante las cámaras.

No era su intención.

De no haber sentido el sabor de la uva, seguramente sus personajes habrían terminado el beso. Y seguramente no se habrían atrevido a dar las pequeñas mordidas que se dieron. Pero no, lo terminaron ellos y no tenían por qué preocuparse.

Los dos lo habían disfrutado. Nadie se daría cuenta. No lo mencionarían nunca. La sensación solo viviría en sus mentes y en sus bocas.

De todas maneras se le podía echar la culpa al delicioso jugo de uva ¿verdad?

Uva - EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora