Perfecta Imperfección...(Darien y Serena)

Se sincera o alejate

Se sincera o aléjate

*Serena*

Doy una vuelta más en la gran cama del que ahora debo llamar "mi departamento".

Un gemido casi doloroso brota de mi garganta al sentir aun el perfume de Darien entre las sabanas, hace apenas tres horas se marchó y este sentimiento de vacío no se aparta de mi estómago, extiendo mi brazo atrayendo hacia mí las sabanas, aspiro profundamente y el olor de su cuerpo invade mis sentidos de manera arrolladora.

—Darien—Digo despacio mientras las sábanas acarician mi cuerpo desnudo— ¿Qué es lo que sucede conmigo?—cierro los ojos fuertemente con el mismo temor que he estado sintiendo los últimos ocho días y la verdad es que creo que desde mucho antes. —No te puedes hacer esto Serena, no cuando lo único que eres para él es un cuerpo caliente al cual recurrir cuando lo necesita...no te hagas esto Serena por favor no.

Desde el primer día que me mude aquí no sabía cómo actuar, la primera noche le envié un mensaje invitándolo a venir y lo hizo, la cena casi fue un desastre por mi bocaza, aun así lo arreglamos y misma esa noche tuvimos sexo hasta la hora en que se marchó, sí, porque debo decir que desde que vivo aquí nunca se queda, tenemos sexo, tenemos una plática ligera de lo que sea y luego se marcha.

¿Dónde? No lo sé, no tengo ni la menor idea de donde vive Darien, lo que si se, es que evita como la peste despertar a mi lado.

¿Qué si me duele? Uff, la verdad no lo sé, me siento incomoda, algo vacía, idiota, frustrada, estúpida y muchos términos feos más, Darien nunca, jamás de los jamases sentiría nada más por mí que no fuese deseo sexual y eso es algo que tengo que dejarme bastante claro.

— ¡Lo entiendes Serena Tsukino, ese hombre no es capaz de sentir nada más por ti!—me grito a mí misma, un tanto enojada retiro las sábanas mientras mi reloj marca las siete de la mañana.

Abro el grifo de la ducha mientras el agua empieza a resbalar por mi cuerpo. Cierro los ojos y pienso nuevamente en él, porque de verdad es lo que mejor se me da en esta última semana.

Pienso en la forma en que evita que Black se acerque a mí, en la forma en que me toca cuando la puerta de nuestra oficina se cierra y la forma en que parece no poder tener sus manos alejadas de mí. La manera en que me toca cuando nadie más se da cuenta, cuando me da un guiño después de hacerme enojar frente a los demás, pienso en las veces en que encuentro mi desayuno sobre el escritorio de mi oficina, él no lo ha dicho pero sé que es el, resulta que ahora sabe cómo tomo mi café.

Una sonrisa inquieta se desliza en mi rostro.

Hay un Darien que estoy empezando a conocer, uno dulce y a la vez apasionado, uno preocupado y a la vez despreocupado de todo lo que los demás piensen.

No dio explicaciones a nadie el día que mando implementar una oficina nueva para mí.

—La necesitas Tsukino, y eso es todo lo que voy a decir, y con respecto a tu padre...que se lo lleve el diablo.

Esa fue la única explicación que pudimos escuchar todos en la empresa, la oficina no es como la que tenía antes, pero es justo lo que necesito, además Darien y yo la hemos inaugurado más de una vez y eso es perfecto para mí.

...

—Sí señorita, llame para cambiar la fecha del viaje...si eso fue hace una semana—escucho atenta lo que la mujer de la agencia de viajes dice al otro lado de la línea, la puerta de la oficina está entreabierta y desde aquí puedo ver a Chiba hablar con Ami, él es todo seriedad y trabajo, no puedo decir lo mismo de su resbalosa ex amante y secretaria.—Bien, solo llamaba para confirmar que el vuelo esté listo para esta misma tarde—Darien desvía su mirada de los documento hacia mí regalándome un guiño—le sonrío, mientras hablo por teléfono—bien gracias...si seremos puntuales—cierro la llamada y termino de ordenar la agenda que nos espera este fin de semana.