De claro en claro, con sonrisa pintada
De turbio en turbio, con esperanza arrancada
Con la mano en el pecho y la rodilla helada, hincada
Aguarda al fantasma de la aurora
Una aurora calcinadaCuando la luna reina y el sol cabecea somnoliento
Un chico yace enamorado, un chico yace muerto
Heraldo que con susurros incesantes le mantiene despierto
Con la razón amordazada, y el corazón abiertoAprieta pero no ahoga repiten al ahorcado
Con los ojos tristes, el pulmón mutilado
Que en su duro pedregal de la blanca rosa se le ha privado
Será un tonto, quizás, más tonto y enamorado
