Todo comenzó con una simple cita a ciegas.
Yo era una típica chica tímida llamada Yang Mi. Uno de mis pasatiempos era ir a librerías y pasar horas leyendo lo que más me apasionaba, historias de amor.
Siempre quise que mi vida fuera como las de las chicas de esas historias, enamorarse de un chico super atento, amable, lindo y popular. Pero nunca me imaginé que las historias que creaba en mi mente se volverían realidad.
Cuando era más chica siempre quise poder vivir en Seúl, por lo que decidí mudarme allí a los 18 tuve que convencer a mis padres de que me dejaran ir a vivir sola y poder estudiar tecnología.
Mi primer día fue algo extraño sentía que no pertenecía allí, por un momento llegué a pensar que todo era un sueño y que pronto despertaría.
Luego de las primeras horas de clase me dirijí a la biblioteca del establecimiento para ver si podía conseguir algún libro que llame mi atención. Mientras me dirigía a la biblioteca pude ver a un chico muy lindo y popular rodeado de chicas, y recordé una de mis tantas historias de amor, pero no podía ser real ya que eramos de distintos mundos él era perfecto y popular, yo una simple chica. Segada por este llamativo chico tropecé con una persona, me levanté y pude ver que era un chica, a lo que me disculpo se presenta. Venía de Ulsan cómo yo, se llamaba Sun hee su nombre la representaba era pura bondad y felicidad. Nos encariñamos mutuamente y luego de unos meses terminamos siendo amigas.
Sun Hee terminó intuyendo que estaba locamente enamorada de ese chico de la Universidad. Me dijo que ella lo conocía pero que no eran amigos a lo que me sorprendo ya que ella era popular y amigable.