Pienso, luego me levanto.

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Así es cada triste mañana de mi vida, primero pensar para así después poder levantarme, aunque es más acorde y correcto decir cada tarde de mi vida, en mi triste blanca y desolada habitación. La mañana es mi último momento en el cual estoy erguido por más triste que sea.

Esto puede sonar desastroso para algunos. ¿Quién es capaz de distraer la cotidianidad y no estar de pie una mañana? Pienso en mi madre que trabajo toda su vida con el fin de mantenerme y que sea feliz para poder estar levantado cada mañana. A diferencia de ella, el tan deseado infante y causante de su felicidad cada mañana estuvo sentado. Yo estoy de pie en aquel momento de descanso, donde la gente luego de parar con su movimiento puede tener su momento de distensión, cuando de lunes a viernes vuelve del trabajo, cuando llegan las seis y media de la tarde a su casa, aquel tan deseado momento donde todos se alivian, van a tomar una cerveza, miran el capítulo favorito de su serie sentado en el sillón o hasta que incluso usan para tomarse una merecida siesta. Aunque muchas veces me han preguntado: ¿Y aquellos que realizan todo esto en viceversa? ¿Que se mantienen de pie cuando se esconde el sol? ¿Qué podés decir de ellos? Dios quiera que su vida sea más feliz que la mía, pero a diferencia de esta gente, yo tampoco vuelvo de pie a mi cama, sea el horario que sea, no tengo recuerdo de cuando volví con ganas de dormir para que sea el siguiente día, y no otro momento para que el tiempo pase y sea todo más raudo. Puede que demuestre como si fuera el único que pasa por esto, o que exagere e intente vender mi vida como el peor de los tormentos; me digo ojalá que si a ambas cosas, que fuera así sería una gran bendición.

Yo logre estar en pie durante las mañanas, lo recuerdo muy bien, desde los 3 hasta los 12 años. Luego de que me echaran de aquel lugar nefasto tuve tiempos difíciles, aunque llegue a cambiar mi ritmo a uno bastante parecido al actual, pero sin libertad, lo cual ahora la tengo. Estoy aún más que eso, ya que tengo la opción de quedarme o irme, pero esa misma libertad que poseo es transgredida de mi parte, no le doy uso oportuno. Suelo relacionar mi libertad a la de un miserable insecto, libre al fin, pero no dejo de ser un bicho, puedo volar como tal, pero no tengo esa característica que me hace a fin mía. No voy a negarlo, soy alguien con personalidad, actitud e inteligencia (la cual a mi parecer es demasiada), pero nada que me pueda sacar una sonrisa en mi rostro, sino que ocurre todo lo contrario.

Mis expectativas en la vida son aún peores, es increíble que aquella persona que tanto odiaba ser ese insecto libre volador quiera eso de su vida, volar, poder irse de su zona, abandonar la colmena. Sin embargo, ¿es eso lo que quiero? ¿Poder volar? Pero si siempre voy a tener miedo a poder emprender el vuelo, o incluso peor, una vez que lo haga, tendré miedo a que me aplasten. Por esto mismo pienso, luego me levanto, luego vuelvo a pensar; soy un ser pensante, como aquellos de la antigua Grecia, hasta incluso relacionándolo con que no creo pertenecer a esta época, muy fuera de sí misma, lleno de accionar, de gente que no piensa, que vive el momento, y que desgracia seria tener una vida en la cual el momento es deslucido y frustrado.

A aquel ser pensante la inteligencia le viene muy bien a la par, ¿Pero de que sirve tal inteligencia si no se lleva a la acción? ¿Si queda en una simple idea? Parece que al final, no soy un triste bicho que acciona, el pensar es lo mío, de eso no tengo ninguna duda, el pensar es lo mío, el generar ideas, conclusiones, panoramas, lo tengo en claro, al fin tengo algo en claro, pero... ¿De qué me sirve?

En pocas palabras intento expresar como me siento, es difícil, solo aquellos de mi círculo cercano podrán entenderlo. (aunque no estoy tan seguro), pero sí que se acercaran para entenderlo, o mejor aún, para entenderme. ¿No es así? Si no, ¿Cuál sería el propósito de todo esto? ¿Acaso al fin estoy intentando hacer algo? No, yo lo veo como un primer paso de algo en vano, siempre fue así y siempre será así, al menos que emprenda el vuelo que tanto lastime anteriormente.

Ansiedad: Pienso, luego me levantoWhere stories live. Discover now