La Rutina

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Volver a casa puede ser aterrador; no al flamante estudio a un costado de la Gran Vía, sino al barrio de donde tanto ansiaste salir desde que tienes memoria. Incluso el olor de las calles, el parque de la esquina, el mercado de la manzana anterior, te inundan solo de pensar en el regreso. Para Alicia es así. Y siempre lo será. 

Una pelota se atraviesa en su camino...Ufff, no es una leyenda urbana que tras cada pelota en la calle siempre viene un crío, y en efecto, así fue. Al menos pudo salir de su letargo interminable y frenar a tiempo. A tiempo de reconocer la SolaBande, el Cafe donde trabaja Elena,  a solo unos 40 metros. Es tiempo de un buen café. 

El lugar está que explota. Por suerte, Elena reconoce rápidamente a su amiga entre la multitud y le hace avanzar hasta la esquina de la barra. " Lo de siempre?", dijo con cara de aparente fastidio por la rutina diaria de su amiga pero con una gentileza difícil de reprochar. " Lo de siempre, pero esta vez con extra de canela", precisa Alice, quien hoy necesita un plus de dulzura en su cuerpo. 

"Tienes tiempo para un chisme gordo??", la cara de Elena es un poema mientras dice esa frase entre dientes. "Hoy no tengo mucho tiempo pero si está bueno...", imposible resistirse a una de las historias de Ellen. "Esta mañana me he encontrado con aquella muchachita que trabajaba en la biblioteca de la facultad, en el Vedado, recuerdas? La gordita? Lleva dos años viviendo aquí en España y no te puedes imaginar lo rebuena que se ha puesto". Alicia no puede evitar sonreír con este comentario. No sabía que Elena tuviese esos instintos lesbianos pero tampoco era sorpresa. Sus recuerdos de fiestas pasadas así lo confirmaban. "El punto es..."- "El punto es que me dio una noticia que no esperaba escuchar. Sabes quién está aquí en Madrid?"- "Ni puta idea". El rostro de Elena perdió ese brillo descarado usual y se contrajo en una seriedad no corriente. " Pues me contó que Mauricio está aquí. Que lo vio hace unos días en un evento de fotografía...la muy puta está modelando y lo reconoció de entre mil personas...ja, esa lo que reconoció fue el buen culo que tiene el desgraciado...." Su voz se aleja poco a poco...de hecho Alicia dejó de escuchar luego de ese nombre, Mauricio..."Alicia me escuchas?" "Sigues aquí amiga?". "Sigo aquí...Sabes si está viviendo en Madrid?". "Bueno realmente no, no tuve mucho tiempo para sacarle mas info a la gordita...pero de todas maneras nos vamos la semana que viene para La Habana para tu despedida de soltera así que no te encontrarás con él...al menos no allá..." Ese es el menor de los problemas. El recuerdo de momentos felices le dio en el rostro como una brisa que viene suave pero fría, llena de sinsabores y cosas que quedaron por decir, llena de autodestrucción y desconfianza, de falta de amor propio y de noches envueltas en llanto...pero de tanta pasión y amor que no sabría explicar que pesa más en su corazón, si lo amargo del final, o lo dulce de esa sensación que solo da la primera pasión, la primera entrega total y definitiva. 

"Tengo que irme, debo cerrar algunas cosas en la agencia. Te veo esta noche en el póker vale?, dijo mirando el reloj en la pared como quien mira un dulce en una vitrina. "Ali, seguro estás bien? Sabes que a mí no tienes que esconderme nada nena". "Estoy bien, solo necesito pensar un poco, recuerda que dentro de poco ya no habrá mas póker". "No lo creo...no dejaremos que suceda, nuestras noches de póker no las toca ni Dios!". La amplia sonrisa en el rostro de Alicia se volvió aún más amplia con esta afirmación de Elena. Tal vez tenía razón y las noches de póker sobrevivirían a todo lo que se avecinaba. 

Al salir del lugar todo parecía más confuso. Solo le quedaban unos minutos para llegar a la oficina, pero se tomó su tiempo subiendo al auto. Mauricio...un nombre que no ha podido borrar, un rostro que no puede esconder de su archivo mental y un sentimiento que no puede arrancar de su pecho...pero vienen nuevos tiempos y el futuro está hacia adelante, no hacia atrás. Sin embargo...algo se ha removido luego de 10 años...algo que no quiere mostrar frente a Sebastián. Su nuevo hombre la espera en la puerta de la oficina. El muy condenado es todo un machote. Pero esa cara de niño desprovisto es lo que le hace temblar de pies a cabeza. 

"Todo bien? Nunca te demoras tanto con Elena, siempre lo dejan para la noche de póker". "Todo bien, no te preocupes. Solo un inconveniente con una pelota". 

"Ya veo, todo listo para el viaje?". "Si si, ya Eli tiene los pasajes y solo debo hacer la maleta mañana temprano. No soy partidaria de viajar así de corre corre pero...al menos veré a mami antes de la boda. Espero que este todo listo para traerla conmigo de regreso". 

"Tu madre es siempre bienvenida cariño, sabes que la adoro y puede quedarse con nosotros todo el tiempo que quiera." "Gracias mi amor". "Y dónde está mi beso?" Ah, si, eso. Los besos fuera de la cama no son lo mismo. Tienen un ligero sabor a compromiso que la asquea, pero es lo que hay y ella es una niña que sabe jugar las reglas de esta relación. Y cómo necesita de esta relación, más ahora con esos fantasmas rondando, tan de cerca y a la vez, tan lejos.....

"Debo irme...esta noche me quedaré en lo de Elena, vale? No me esperes despierto". "Nunca lo hago". "Eres un mentiroso compulsivo". "Tienes razón, pero no te miento cuando te digo que cuando seas mi mujer...no te compartiré con nadie...ni siquiera con ese dichoso póker..." "Pues bien, arréglatelas con Elena...yo me lavo las manos entre ustedes." El beso se sintió forzado, pero de alguna manera la ancló de nuevo a esta vida de proyectos, planes y la futura boda...pronto dejará de ser aquella muchachita de un barrio habanero para convertirse en la mujer de un tipo que se pudre en plata y que la trata como una reina...pero que decepción para papá y que tranquilidad para mamá..."

"Alicia, te quiero". "Igual". 

Sola en la oficina, vuelve a pensar en el comentario fatídico de Elena esta mañana. Solo Dios sabe lo que está por venir. Solo tres días más y estará en una playa, en algún Cayo del Caribe tomando mojitos con Elena, y algún chico guapo, masajista quizás, le propondrá un momento de relajación entre sus piernas...eso sí que estaría bien. 

Por la ventana entran los ruidos de los arreglos en el edificio del frente. Una empresa que ha comprado un vejete de inmueble y ahora lo quiere convertir en algo moderno y sacarle mucha plata. Mira los andamios subir y bajar...y cierra los ojos. 

"Mauricio...que demonios haces de nuevo en mi vida?", se pregunta atormentada por la sola idea de un encuentro fortuito. Se toca ligeramente el cuello y busca una pequeña cicatriz que dejara una mordida en éxtasis. "Tranquila Alicia...dentro de un mes serás otra persona...un mes....nada más..."


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⏰ Last updated: Mar 10, 2019 ⏰

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