8:45 a.m.
El suave viento acariciaban sus sonrosadas y pecosas mejillas, el cabello rizado bailaba con la brisa al zafarse de su improvisado peinado metiéndose ocasionalmente en sus ojos y boca molestándola. Sus ojos miraban impacientes el semáforo para transeúntes, miro su reloj, iba quince minutos tarde. Viró la cabeza hacia su lado derecho para dar unos pasos acelerados hacia el frente. Tenia que llegar al trabajo. Su mejor amiga-compañera de departamento-y-trabajo se había ido en la mañana con el auto porque necesitaba resolver un asunto temprano. Olivia había decidido dormir otro poco y no escuchar la alarma.
Las calles estaban inundadas de personas caminando rumbo a sus distintos destinos. El día estaba nublado con tendencia a volverse lluvioso haciendo solo que la gente de apresurara para llegar a sus trabajos.
- ¡Ten mas cuidado desquiciada!- gritó el conductor del taxi.
- ¡Lo siento! - respondió de vuelta la pelirroja sin mirar atrás después de cruzar como loca la calle con su corazón desbocado. Aceleró sus pasos empezando a correr. Menos mal en su trabajo no habían restricciones sobre la forma de vestir. Amó en ese momento haberse puesto las Nike que tenía desde la preparatoria.
Después de unas manzanas corriendo divisó el edificio, entró por la puerta principal hallando la recepción. Una vez después de subir diez pisos en el ascensor atestado de personas llegó a su planta.
Para los civiles este era un piso de oficinas de contaduría. Cosa que estaba bastante lejos de la realidad. Sus verdaderas funciones eran omitidas al público.
En este piso se encontraba la sala de operaciones; todos los agentes que se encontraban activos en misiones eran monitoreados día y noche por el selecto grupo de personas.
Olivia se dirigió jadeante hacia su cubículo, cayó pesadamente en su silla con rueditas y dejó tranquilizar su corazón. Después de unos segundos retomó su compostura y se estiró para tener una vista panorámica de todos los cubículos buscando al jefe Lewis. Unas vez aliviada al no encontrarlo para que la regañara por su llegada tarde decidió encender el monitor.
- ¡Mulligan, llega tarde!- escuchó la voz de su jefe.
Dio la vuelta a su silla y se encontró a su compañera de trabajo y mejor amiga con una grabadora de bolsillo en su mano y una sonrisa en la cara. Llevó su mano a su corazón pasando de la sorpresa.
-¡ Jess! Casi se me sale el corazón - La pelinegra entró en su pequeño espacio y apoyó su cadera contra el escritorio.
Jessica Bak Wu, medía un escaso metro sesenta que la dejaba por debajo de una estatura promedio, de curvas delicadas y proporcionales, piernas de infarto, cabello lacio. Ojos negros ligeramente rasgados y nariz de botón, su imagen era inocente. Le encantaba usar todo tipo de faldas.
- Tranquila, el jefe aun no está, se encuentra en una reunión- Dijo acomodando sus anteojos.
- ¿Reunión? - preguntó con curiosidad.
- ¡Sí!- chilló igual de emocionada su amiga - Escuché en el baño que los agentes Hughes y Price, El par de papurros, están con el jefe - dijo sonrojada.
Olivia rodeó los ojos por la acción infantil. Hughes era uno de los agentes mas importantes, íntegros y con una racha perfecta de 0 misiones fallidas. Y después estaba Price, su compañero, juntos son algo así como el dúo dinámico.
- ¿De qué estarán hablando?-
- Yo que voy a saber. De trabajo de campo: armas, golpes, bombas, artilugios de súper espías, mujeres guapas - exclamó Jess sarcástica - El trabajo de verdad - dijo con desdén apoyando el mentón en su mano.
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Atrápame
RomanceSólo iba a ser una noche en un bar. Vigilar al objetivo y reportar. Fin de la misión. ¡Cualquiera podría hacerlo! Oliva Mulligan podía hacerlo. Sólo debía echarle un ojo el objetivo en un bar. Pero todo se complicó cuando el objetivo es el que no a...