La Razón

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La razón era tan obvia, pero a la vez, difícil de comprender.

One-Shot Don × Gilda.

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Gilda ya de once años, estaba esperando el regreso de su hermana Emma. Habían salido desde ayer y ella ya estaba lo suficientemente precupada, era claro, Emma y Ray salían para mantener a todos a salvo, estaban en peligro cada dos por tres.

Mientras que Gilda, sólo le tocaba esperar como si fuera una madre que vela por sus hijos. Aveces se sentía sola, totalmente excluida. Ella quería ir con sus hermanos, pero no podía. Se estaba quedando atrás.

- ¿¡Ah!? - Un estruendo que provenia de la cocina saco a Gilda de sus pensamientos.

La chica se dirigió al lugar de donde se escuchó el ruido de varios platos rompiéndose. Quería saber quien era el responsable de tal alboroto.

Y lo vio.

El que causo aquel bullicio no era nada más, ni nada menos que Don. Él estaba recogiendo los pedacitos de cerámica que alguna vez fueron platos, Don se percató de la presencia de Gilda. Dio una sonrisa nerviosa.

- ¡Gilda! -El muchacho moreno dijo alegremente alzando su mano para saludar a su hermana.- ¿Que te trae por aquí?

Gilda arqueó una ceja por la tan estúpida pregunta, se cruzó de brazos y lo miro seria. Ya tenia demasiadas cosas en su cabeza. Ahora, gracias a su compañero, tenía que pensar como diablos podría reponer los platos rotos.

- ¿Tu que crees? -Suspiró cansada, se acercó a Don y le ayudó a levantar el desastre que este provocó- ¿Que pasó, Don?

- Bueno, quería lavar los platos y pues...

Su explicación fue interrumpida por Lani y Thoma. Ambos niños llegaron con una sonrisa algo distinta, efectivamente no era una sonrisa de alegría, sino más bien una de orgullo, una sonrisa retadora. Ninguno de los dos notaron a Gilda.

- ¡Eh, Don! ¿Ya cumpliste con nuestro reto?

- Si, habías dicho que podías lavar los platos en menos de cinco minutos ¿Ya terminaste?

Don los miro, en su rostro claramente se mostraba una aura de "callense, me meterán a más problemas" . Gilda observo a los tres, era obvio que ya sabia el porqué se encontraban los platos rotos.

Thoma por fin había notado a su hermana mayor, le dio un ligero golpe con su codo a Lani. Él también la notó, ambos con un claro nerviosismo le sonrieron y dejaron la cocina tan rápido como pudieron. Don rio un poco preocupado, ella lo había descubierto.

- Puedo explicarlo... -El chico trató de excusarse, pero no lo logró, otra vez fue interrumpido.

- No hay nada que explicar, Don -Gilda se ajustó los lentes decepcionada- Somos los mayores después de Emma y Ray, debemos comportarnos como tal. Se supone que debemos evitar los desastres, no crear desastres.

Le dio más énfasis a esa última línea, conocía muy bien a su compañero, él se dejaba llevar por sus impulsos, sin querer el podía crear una odisea total con tal de superar tanto a los otros como a si mismo.

La razón | The Promised NeverlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora