Devocional jueves, 07 de marzo de 2019*

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*ESCAPAR DEL RUIDO*
_*"… tras el fuego [vino] un silbo apacible y delicado" (v. 12).*_
_Lectura 1 de Reyes 19:9-13_

Hace años, la rectora de una universidad sugirió que los alumnos la acompañaran a «desconectarse» por una tarde. Aunque estuvieron de acuerdo, dejaron reticentes sus teléfonos celulares y entraron a la capilla. Por una hora, se sentaron en silencio en una reunión de alabanza y oración. Luego, uno de los participantes describió la experiencia como «una oportunidad maravillosa para calmarnos […], un lugar para desconectarse de todos los otros ruidos».

A veces, es difícil escapar de «otros ruidos». Pero cuando estamos dispuestos a «desconectarnos», entendemos la idea del salmista sobre la necesidad de estar quietos para poder conocer a Dios (Salmo 46:10). En 1 Reyes 19, también vemos que el profeta Elías no encontró al Señor en el viento recio, ni en el terremoto ni en el fuego (vv. 9-13), sino que lo encontró cuando escuchó su silbo apacible, el suave y delicado sonido del silencio (v. 12).

Durante las celebraciones y las reuniones de familiares y amigos, es casi un hecho que habrá otros ruidos: conversaciones animadas, exceso de comida, grandes carcajadas y dulces expresiones de amor. Pero cuando abrimos en silencio nuestro corazón, descubrimos que ese tiempo con Dios es más dulce aun. Como Elías, es más probable que encontremos a Dios en la quietud, y que escuchemos su silbo apacible.

El lugar más probable para escuchar el silbo apacible de Dios es en la quietud.

https://www.biblegateway.com/passage/?search=1+Reyes+19%3A9-14&version=TLA

*La Biblia en un año:*
_Deuteronomio 3–4 / Marcos 10:32-52_

*¿cómo puedes «desconectar» tus artefactos y tu mente para escuchar a Dios?*

*HABLEMOS CON DIOS*
Espíritu Santo, no sé en qué momento terminé siendo tan dependiente de los artefactos tecnológicos, y con mis oídos y mi corazón tan acostumbrados al ruido escandaloso y afanado de la vida diaria. Hoy te pido perdón porque al escuchar tantos ruidos azarosos olvidé escuchar a Dios y a apreciar las virtudes de la quietud que me acerca a Él.  Una vez más vuelvo a empezar en mi propósito de escucharte, pongo mi vida en tus manos, te ruego me des paz y descanso y me permitas conectar mis pensamientos con los de Dios para disfrutarlo a Él como debe ser. Amén.

_Tomado de: Nuestro Pan Diario_
_Escrito por: Cindy Hess Kasper_

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