Hola, os traigo el OS de la última tanda de los #RagoneyOS. En este caso la temática está inspirada en los ángeles.
ADVERTENCIA
Este OS contiene sexo explícito en su total mayoría, leerlo recae bajo la responsabilidad de cada uno/a. Si no vas a disfrutar leyéndolo es mejor que no lo hagas.
Mar espero que disfrutes, prometo escribir más erótica, esto solo es un primer contacto ;)
***
Las agujas del reloj no se detienen ni un solo segundo. Avanzan y avanzan sin parar bajo la atenta mirada de Agoney. Tampoco se detiene su pie dando pequeños golpecitos contra el suelo. Nervioso, espera la llegada de Raoul.
Han quedado a las nueve y media para ir juntos a la fiesta de disfraces que ha organizado Ricky con todos sus compañeros. Pero la fiesta es a las diez, son las nueve y treinta y dos minutos y Raoul no llega.
Habían acordado disfrazarse los dos de ángeles, así que Agoney se puso una camiseta básica de manga corta y unos pantalones ajustados blancos. Llevaba puestas en la espalda unas grandes alas blancas y para rematar una diadema con forma de aureola en la cabeza.
Impaciente, sacó su móvil del bolsillo, entró en su agenda de contactos y buscó el número de Raoul para llamarlo, pero justo cuando iba a pulsar el botón para dar inicio a la llamada sonó el timbre de su casa.
-Por fin.
Miró el reloj antes de abrir la puerta. Las nueve y treinta y cuatro. Se dirigió hacia ella y cogiendo la manilla con ganas abrió con fuerza encontrándose a Raoul en el otro lado.
-No me lo puedo creer. – Sus ojos se abrieron.
-Tú también estás muy sexy con el disfraz. – Soltó Raoul abriéndose paso por el lado del canario.
Agoney cerró la puerta y se giró para mirar a Raoul.
-No me refiero a eso. – Levantó la mano señalándole. – Dijimos que iríamos de ángeles buenos.
Raoul iba disfrazado todo lo contrario a Agoney. Con una camiseta y pantalones pitillo negros y alas negras. Y coronando su cabeza con unos cuernos de diablo del mismo color.
-¿Ángeles buenos? Nunca acordamos nada de eso, Agoney. – Se acercó a él. – Además, así no vamos iguales.
-Pero la gracia de esto era ir iguales. – Puso un puchero.
-No me seas quejica anda. – Lo cogió por el cuello y juntó sus labios.
Agoney no tenía intención de alargar mucho aquel beso, pues el tiempo apremiaba e iban a llegar tarde a la fiesta. Pero Raoul no parecía estar muy dispuesto a terminar con aquello tan rápido.
Cuando Agoney hizo el ademán de separarse, Raoul le mordió el labio inferior impidiendo que sus bocas se alejaran. Lo cogió bien de las mejillas y aprovechó el momento de incertidumbre de Agoney para introducir su lengua en la boca ajena.
Agoney dejó escapar un pequeño jadeo y viendo la intensidad del menor, lo cogió de las caderas buscando algo a lo que agarrarse antes de desfallecer en el suelo.
Siguieron enredando sus lenguas en aquella batalla hasta que con un dulce beso Raoul se separó milimétricamente de sus labios.
-En mi defensa diré que a mí me queda mejor el negro. – Susurró contra sus labios. – Y a ti...Bueno, a ti todo te queda bien.
Agoney no pudo evitarlo y volvió a lanzarse a por la boca del rubio, pero esta vez solo fueron un par de besos.
-Vamos a llegar tarde a la fiesta- Dijo Agoney echando la cabeza hacia atrás para no volver a caer en la tentación de besar aquellos labios gruesos e hinchados que lo iban a volver loco.