I

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Todos cenaban animadamente como de costumbre, Brook, Chopper y Usopp reían a toda voz por que Nami estaba regañando ferozmente a Luffy debido a que éste le había robado el postre, Franky bailaba a la vez que comía su postre y exclamaba "¡este es un suuuper postre!", Robin solo sonreía por la escena que tenía en frente, sentada junto a Zoro, el cual estaba bebiendo gozoso un tarro de sake sin prestar mucha atención a su alrededor, y Sanji estaba parado junto a Robin alagándola como de costumbre.

Todo transcurría de manera normal, el Sunny se mecía suavemente sobre las olas hacia su próximo destino y ya era la hora de que todos se fuesen a dormir, a excepción del atolondrado capitán a quien le había tocado hacer la guardia nocturna.

— ¡Oí chicos! ¿Alguien quiere quedarse conmigo? Me aburro cuando tengo que hacer guardia solo... ¿Chicos?... ¡Chicos! — decía Luffy con un puchero en la cara mientras que su tripulación caminaba a los dormitorios sin prestarle mayor atención.

— ¡Suerte con la guardia Luffy! — le gritó Usopp antes de desaparecer tras la puerta.

— Oww... Supongo que tendré que entretenerme solo — se dijo comenzando a caminar hacia la zona del timón.

Ya era tarde y todos descansaban en la comodidad de sus camas, a excepción de Nami, que se encontraba en su cuarto de cartografía revisando alguno de sus mapas y secando otros. Había hecho todo lo que quería hacer respecto a sus dibujos, pero no tenía ni una pizca de sueño, por lo que decidió ir a ver a su querido capitán.

Al llegar a cubierta, lo encontró profundamente dormido sentado frente al timón. De principio le molestó verlo así. 

— "Cómo es posible que sea tan irresponsable" — pensó cruzándose de brazos, pero se quedó admirándolo tiernamente un par de minutos sin hacer ruido alguno, notando que su cuerpo temblaba de manera casi imperceptible y seguramente  de frío. 

— "Debe haberse aburrido estando aquí solo"— y con este pensamiento en mente fue hasta su cuarto, tomó una manta y regresó a su lado. Se sentó junto a él, los cubrió a ambos y se apoyó en el hombro de Luffy. Estuvo largo rato despierta observando el cielo mientras dejaba que un torrente de pensamientos acudiesen a su mente. 

— "¿Cómo puedo hacer entender a este idiota que lo quiero si él no sabe casi nada de lo que es el amor?" — y sin darse cuenta sus párpados se dejaron caer, durmiéndose junto al moreno.

Pasaron varios minutos, horas quizás, y la pareja seguía dormida frente al timón, uno apoyado en el otro, hasta que Luffy sintió un cálido calor y cosquillas en la nariz. Solo entonces despertó para ver qué era lo que ocurría, dándose cuenta que lo que había provocado esa extraña pero nada desagradable sensación en su nariz era el anaranjado cabello de Nami.

— ¿¡Nami!?— exclamó a toda voz, pero viendo que la chica se removio un poco a su lado, se quedó completamente quieto para no despertarla. Le daba miedo incluso pestañear. Además de estar dormida junto a él, también estaban ambos cubiertos por una manta color rosa.

— "Seguro que ella trajo la manta, pero ¿por qué está aquí? No es que me moleste...Oh bueno, estoy calentito y con buena compañía"— y sin darle más vueltas al asunto, se acurrucó junto a su navegante y siguió durmiendo sin siquiera recordar que estaba de guardia.

La pelinaranja había despertado poco antes de que el sol saliera e iluminara todo con sus rayos, estaba tan cómoda y a gusto junto a Luffy, pero debía marcharse, así que para que su capitán no descubriera que ella había estado ahí se levantó con total sigilo, dejó al moreno bien cubierto con la manta y se fue triste por tener que dejar aquel cálido calor atrás para volver a su cuarto.

Una noche con el capitán (LuNa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora