Me declaro culpable, pues de ti me he enamorado.
Me declaro culpable, de que mi cuerpo no admita a otro cuerpo.
Me declaro culpable, porque mi boca no acepta otros besos que no séanlos de tu boca…
Me declaro culpable por quererte, por querer y pretender que este sentimiento sea para siempre.
Marcos, es un tipo normal y un tanto bohemio. Lleva una vida normal, en el día trabaja por las noche va la universidad. Luego de un extenuante día regresa a casa, donde siempre es recibido por Káiser y Lucille, Kaiser el nombre de su mascota y según Marcos es el único que se alegra de verlo. Lucille, es una guitarra Les paul Epiphone LP en la que ha escrito un par de canciones. Tras la rutina del día a día existe una, que tal vez se la más difícil de omitir y es ese sentimiento de soledad y desamor producto de su última relación. Entre poemas y canciones, Marcos pasaba la mayor parte de su tiempo libre en repasar todos los momentos que paso junto a Glenda (su ex) para tratar de comprender que hizo mal y así poder recuperarla.
Pero siempre llega ese momento en que finalmente te das cuenta, de que tal vez el amor es algo que rizas, es saber, que no puedes pretender ser dueño de otra persona ni de su corazón, que no te pertenece por contrato y que preciso buscar otras respuestas para poder encontrar otro camino. Coelho afirma: “Siempre hay que saber cuándo una etapa llega a su fin. Cerrando ciclos, cerrando puertas, terminando capítulos; no importa el nombre que le demos, lo que importa es dejar en el pasado los momentos de la vida que ya han acabado” es aquí, cuando Marcos finalmente decide cerrar esta puerta y dar un paso hacia adelante, nunca se sabe lo que el futuro depara para nosotros.
