Luz

62 2 0
                                    

—Olivia por favor, necesitas comer. —Peter estaba insistiendo para que probara la ensalada que había traído de su restaurante favorito, pero yo no tenía hambre.

—No tengo apetito Shawn. —Él me miró con el ceño fruncido tratando de averiguar porque lo estaba llamando con su nombre menos preferido.

—Bueno, pero más tarde iremos con el doctor Murphy para saber que te puede recetar ya tienes muchos días así y no puedo permitirlo. Yo te amo demasiado como para que te pongas mal. Creí que habías dicho cero preocupaciones.

Es verdad, Peter tenía razón yo había sido la primera en decir que no debíamos perder la cordura y ahora estoy en cama dando una comida al día.

—Está bien Pet, vamos a comer pero no quiero ensalada. —Sus ojos brillaron al ver que me levantaba de la cama.

—Lo que tú quieras Oli. —Fui a ducharme y él se quedó escogiendo ropa para mí.

Mientras el agua corría por mi cuerpo comencé a imaginar lo que sería de mi vida si fuera una mujer normal, una que puede tener hijos. Todas mis amigas de la universidad ya eran madres, tenían unos hijos preciosos y aun así se quejaban de los pobres niños traviesos. Pero es que solo son niños, lo que daría yo por poder tener uno y ellas que pueden no lo disfrutan y solo reniegan de lo ruidosos que son.

De un momento a otro ya estaba llorando pero esta vez no permití que durara mucho, trate de calmarme y salí del baño enredada en mi toalla.

— ¡Por fin! —Exclamó Peter alzando sus manos al cielo en señal de agradecimiento. —Tardaste una eternidad pequeña. ¿Qué tanto hacías? —Movió sus cejas muy rápido y sonrió, lo cual me causó demasiada risa.

—Nada Peter, ¿Qué escogiste para mí? —Miré a la cama para tomar el vestido de flores que él había elegido entre toda mi ropa.

—Bueno este vestido se parece un poco al que te pusiste cuando salimos por primera vez, recuerdo que te mirabas preciosa y quería verte puesto algo como esto. Tienes muchos vestidos y no te pones ninguno.

—Sí, los vestidos ya no son mi prenda favorita. No me siento cómoda limpiando con ellos.

—Bueno, pero hoy no vas a limpiar Oli, así que vístete y ponte más guapa aunque dudo que se pueda más ya así en bata de baño eres una diosa.

Me sonrojé bastante, Peter siempre había sido un experto en halagarme.

—Lo que usted ordene —Me guiñó el ojo y salió de nuestra habitación.

Me arregle lo mejor que pude, Peter se merecía lo mejor de mí. No debía dejarlo solo en estos momentos tan duros, él como yo sentíamos lo mismo. Peter siempre habló de lo mucho que le gustaría ser padre y si no puedo dárselo por lo menos seré una esposa buena y amorosa.

—Ya estoy lista, mi amor.

Peter me miro muy rápido y sonrió ampliamente, no estaba acostumbrado a que yo lo llamara de esa manera.

—Mi amor, eso suena muy bien en tus labios. —Se acercó y me besó. —Te miras hermosa, radiante. Gracias al cielo que eres mi esposa.

Lo único que pude hacer fue abrazarlo y escuchar su corazón, era real. Todos estos años aun en el profundo conocimiento de que él estaba conmigo, me preguntaba si él era real. Y si, él era un sueño pero a la vez era más cierto que cualquier cosa que se pudiera palpar.

— ¿A dónde iremos? —Pregunté curiosa, en verdad me interesaba saber a dónde iríamos.

—A la playa, me recomendaron un restaurante muy bueno. —Lo mire con un poco de asco, yo odiaba los mariscos. —No preciosa, no es de mariscos.

Lo miré con mis ojos entre cerrados y el soltó una carcajada.

—Te lo juro, no comerás nada que provenga del mar.

—Bueno, confió en ti.

Emprendimos nuestro viaje a la playa, teníamos música y cantábamos muy fuerte. Estar con él de esta manera me ayudaba a sanar mi alma y estoy segura que el también se sentía libre.

—Creo que voy a pedir una hamburguesa de pollo. —Me dijo mirando la carta. — ¿Tu que te vas a pedir?

—Yo quiero una hamburguesa con mucho queso.

Pedimos nuestra comida, mientras comíamos las papas con queso que Peter había pedido como entrada y mirábamos a un grupo que estaba tocando.

—Ahora queremos invitar a una persona para cantar con nosotros, la canción que quiera.

Peter se levantó de la silla y yo lo mire con los ojos muy abiertos.

— ¿Qué haces Peter? —Lo tome de la mano.

—Quiero cantarle una canción a mi esposa —Sonrió y caminó al escenario improvisado en el que se encontraba la banda.

Él les dijo algo a los chicos y todos asintieron.

—Hola a todos, buenas noches. La canción que cantaré en un momento se la dedico enteramente a mi esposa. Nothing gonna stop us now. —Me guiño su ojo derecho y la música comenzó a sonar mientras su voz se unía a la melodía.

"I'm so glad I found you, I'm not gonna lose you

Whatever it takes, I will stay here with you

Take it to the good times, see it through the bad times

Whatever it takes is what I'm gonna do..."

Cuando la canción terminó todos estaban aplaudiendo y yo estaba llorando de la emoción que sentía, Peter tenía una voz hermosa. La gente le sonreía y no paraban de silbar muy fuerte pero pareciera que esas personas no existían para él.

Siguió su camino hacia mí y corrió para abrazarme.

—Te amo mucho Olivia, de verdad y para siempre.

—También te amo Peter, de verdad y para siempre.



"Pon tus brazos a mí alrededor, cariño, no dejes que se vaya

Deja que el mundo a nuestro alrededor se derrumbe

Mi amor, podemos hacerlo si estamos unidos por el corazón".



Un poco de cursilería.

Gracias por leer :).

Finding Hope. |S.M| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora