Estimado,
Le escribo a usted de forma urgente. Agradecería profundamente que pudiera responder tan pronto como le sea posible.
Espero de todo corazón que no me considere impertinente, pero quiero que sepa que su respuesta a este asunto es vital, ya que la duda ha estado aquejando a mi corazón por interminables semanas.
La razón por la que le he escrito de forma tan imperativa es mi necesidad por saber la respuesta a la siguiente pregunta:
¿Sonríe usted también al pensarme? ¿Imagina usted mi risa antes de dormirse, tal como yo? ¿Le tiembla el corazón al leer esta carta, como a mí al escribirla?
Sé que he terminado haciendo tres preguntas, pero me bastaría con que respondiera tan solo una, aunque sería inmensamente feliz si contestase cada una de ellas.
Como le he dicho, la contestación a esta carta es apremiante, pues en base a ella sabré si las próximas cartas que le escriba serán cartas de amor o simplemente de cordiales saludos.
Ansiosa y atenta a su respuesta,
Vendaval