Sechen Drabbles

Impredecible.

Él está dormido, su cabello despeinado y rozando la mejilla de Sehun, rubio dorado brillante como su espíritu implacable. Una de las manos de Sehun viaja por la espalda de Jongdae a lo largo de su espina dorsal, siguiendo la suave pendiente de la piel suave. Sus brazos están extendidos a ambos lados de él y aunque Sehun no puede ver su rostro, es probable que esté todo boquiabierto y poco atractivo y que probablemente nunca se haya visto más hermoso.

Este suele ser cuando está en su mejor momento, cuando nadie lo está mirando, o más bien, cuando cree que nadie lo está. Pero Sehun siempre lo está, siempre lo ha estado, nunca ha sido capaz de quitarle los ojos de encima. Él siempre ha sido tan... molesto. Y odioso. Apenas bonito hasta que llegó a la pubertad y su cuerpo había cambiado. Pero Sehun aún así se había encontrado mirándolo, queriendo interactuar con él e irritarlo solo para ver esos labios curvarse todavía más con agitación.

Las cosas realmente no han cambiado mucho, Sehun todavía se niega a dejar de pellizcar aquí y allá en su ser y Jongdae nunca deja de tomar represalias. No lo deja escapar bajo ningún pretexto y Sehun se encuentra a menudo pensando ¿qué es lo que tiene para gustarme así?

El pecho de Jongdae se siente cálido y se adapta perfectamente a la piel desnuda de Sehun y él realmente no sabe cómo puede dormir con este peso encima. Lo atribuye al calor que éste le proporciona y a nada más. Por otra parte, Jongdae se siente pequeño sobre él. No es que se esté quejando de su tamaño, sino todo lo contrario, a Sehun le gusta la forma en que apoya todo su peso en la punta de sus pies cuando intenta atacar sus labios y cómo las comisuras de estos permanecen eternamente curvadas. Él es así. Es pequeño y a Sehun le gusta la perspectiva que obtiene de sus largas pestañas desde arriba, aunque descubrió que, en lo que se refiere a Jongdae, con estatura baja o inmensa, no podría mantenerse alejado.

Condenado es la palabra, así es como se encuentra.

Él se mueve a una postura a horcajadas y tampoco sabe cómo puede dormir así. Sus respiración es como una brisa fría contra sus clavículas y Sehun sonríe cuando él murmura algo sobre la cena, pero no se mueve. Jongdae sueña con comida a menudo y lo más seguro es que cuando se despierte, lo primero que pedirá es que lo alimenten. Su sonrisa se profundiza ante eso, pensando en la última vez que desayunaron juntos y se las arregló para poner una botella de salsa picante en su comida. Sehun había estado en su lista de enemigos durante una semana después de eso, pero valió la pena ver su cara entera enrojecerse y sus ojos llorar un poco antes de que hiciera la mueca más adorable que había visto.

Desliza su mano hacia abajo y arriba sobre la parte posterior de su trasero para ahuecar una de sus nalgas en su palma. Está tentado de darle una buena bofetada en el culo para despertarlo, pero dada la posición en la que están, tácticamente decide valorar su vida y guardar el bofetón para otra ocasión. La bofetada a ese trasero va a suceder con el tiempo, ahora no es ese momento. Además, acaba de salir de su lista de enemigos, no quiere volver a entrar en ella de inmediato, tiene que haber un elemento sorpresa o sería demasiado predecible.

Jongdae también tiene un buen trasero, firme y perfecto para estrujar. Entonces, le da un pequeño apretón solo porque puede, porque este es su culo para apretar, y Jongdae suspira. No es simplemente un peso pesado encima de él. Lo mantiene caliente, ni siquiera necesita una manta por lo general cuando están juntos y a menudo le dice que su entusiasmo es lo que mantiene el frío al margen, pero no. Es realmente él. Su calor, su pasión. Como un relámpago impredecible. No se puede controlar una tormenta, ni se puede detener, pero Sehun lo intenta, siempre lo intentará incluso si sale herido.

Algunas cosas simplemente merecen la pena.