01

415 65 8
                                    


Sirenas, fuertes y estridentes, sonando por doquier, gente corriendo y empujándose, cayendo y sin ningún cuidado eran pisadas por las demás que huían despavoridas. Gritos y pánico.

Abrí los ojos, en realidad el ruido provenía de un lugar no tan lejano y solo se había colado entre mis sueños, las cuales se asemejaban a más a un recuerdo enterrado. Cada ve que me sucedía, no perdía la oportunidad de escribirlo en un pequeño bloq de notas, que me había encontrado hace ya un tiempo, el lápiz demasiado pequeño a punto de casi desvanecerse, tenía marcas de navaja para así poder hacer sobresalir la mina. El plasmar las ideas en papel, me resultaba tranquilizador y terapéutico.

Diferentes puntos abarcaban las páginas:

"Hubo una explosión en otro continente, demasiado potente que acabó con todo lo que conocemos.

Estoy solo en el mundo.

Debo ir a Seúl.

Me llamo Kim Doyoung."

No tengo memorias lúcidas de lo ocurrido y de nada que fuera después de la supuesta explosión, si no que fragmentos resurgen de vez en cuando, estimulados por olores, cosas que veo o escucho y trato de encajar todo como un rompe cabezas pero al fin y al cabo, solo termino escribiendo frases casi sin sentido en papel chamuscado. 

Me pregunto cuánto más durará mi lápiz, debo encontrar uno nuevo pronto. 


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


He caminado tanto, no sé qué día sea aunque creo que eso poco importa cuando el fin de los tiempos ha llegado, ¿no?

Desde que ha ocurrido todo esto, no tengo ni idea de por qué continuo si quiera respirando. Todas las personas se han esfumado, centenar de vidas degradadas a nada. Una vez me tocó atravesar una ciudad y la escena no fue para nada agradable, los cuerpos aún permanecían tirados. Por ello ahora camino por los prados, guiado por un mapa polvoriento y las señales de tránsito colocadas cada tantos kilómetros. 

Lo complicado era encontrar comida, porque el intentar ignorar los lugares antes poblados, donde los abastos de alimentos abundaban, hacía que  las pocas provisiones que encontraba en gasolineras fuera de uso, no fueran suficientes. 

Me arrepiento de no haber aprendido a manejar. Sería más sencillo llegar a mi destino.

Al principio trataba solamente de supervivencia pero conforme pasaban los días, mis memorias me movían, mi convicción me obligó a emprender el viaje y tampoco tenía algo que perder como para oponerme. Solo que era agotador, ver como el sol aparece y desaparece, reemplazado por la luna, una y otra y otra vez sin siquiera percatarme de lo poco que avanzo a píe.

Las estaciones que normalmente existían, tampoco hacen acto de presencia, muy probablemente por el impacto causado por lo que fuera que creó todo este desastre, todo el tiempo se mantenía en un intenso calor desgarrador y muy pocas veces, descendía la temperatura, drasticamente por la noches. 

El último libro ᵈᵒʷᵒᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora