Besos y peluches (Larry Stylinson One Shot)

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— ¡Dámelo! Es mío, mi mami me lo compró ayer. —vociferaba un pequeño niño de ojos verdes con lágrimas en sus ojos, pues le estaban quitando a Candi, su nuevo peluche de gatito.

—Pero debes compartir, papá me dice que los juguetes se deben compartir, si tú quieres yo te puedo prestar a Mimí— le indicó el otro pequeño de ojos azules, levantando su peluche de vaquita y poniéndolo a la altura del otro pequeño para que la vea.

— ¿En serio me lo prestarías? —cuestionó con inocencia el pequeño ojiverde, mientras se secaba las lágrimas con la manga de su suéter y se sorbía la nariz.

—Por supuesto que sí, rizado—respondió el pequeño castaño de ojos azules revelando una adorable sonrisa donde carecía de un pequeño diente. Cogió a su pequeña vaquita de peluche y se la tendió al rizado. El otro chiquillo con algo de inseguridad estiró su diminuto brazo y aceptó el peluche de vaquita.

La mirada del pequeño rizado viajó a su regazo donde mantenía a dos peluches, más que feliz y con una sonrisa brillante donde aparecía un pequeño hoyuelo en su mejilla derecha, tomó a Candi y se lo extendió al pequeñuelo que estaba en frente suyo.

—Muchas gracias— respondió el castaño con una sonrisa de oreja a oreja mientras se acercaba al ojiverde y con algo de temor depositaba un beso en la mejilla derecha del niño, en ese pequeño huequito -que se le hacía cuando sonreía- que tanto le llamaba la atención.

Este diminuto acto, hizo sonrojar a los dos chicuelos a mas no poder. Sin saber que hacer, o donde meterse, el ojiesmeralda le devolvió el gesto al ojiazul, depositando así un beso también en su mejilla. La sonrisa del pequeño de ojos azules llegó a sus orejas, revelando unas arrugas en las esquinas de sus ojos, que lo hacían ver aún más adorable –si era posible- a los ojos del rizado.

— ¿Cómo te llamas? —cuestionó el castaño de ojos azules con una ceja alzada. —Mi nombre es Harold Edward Styles Cox, pero dime Harry. — le respondió el rizado con orgullo y una sonrisa de oreja a oreja. Se sabía su nombre completo y ¡escribirlo también! Y solo tenía cinco años— ¿Y tú?—curioseó el rizado. —Mi nombre es Louis William Tomlinson. Tengo seis años y mamá dice que soy muy inteligente—le confesó el castaño con una sonrisa mientras inflaba su pecho con orgullo.

— Me gusta tu cabello, es lindo. Se parece al de mi mami, a ella también se le hacen esos huecos en el pelo y puedo meter mi dedo y enrollarlo. Aunque tu cara es mucho más linda que tu cabello; tus ojos y esos huequitos en tus mejillas son muy lindos— le reveló Louis. Llevó su dedo índice a un pequeño rulo de Harry y comenzó a enredarlo y desenredarlo, olvidándose por completo el peluche por el cual hace unos minutos estaba peleando. Harry, algo sorprendido por el repentino contacto y la confesión, se sonrojó. Louis alejó su mano, comenzando a jugar, dejando lo mejor para el final —en este caso, Harry—

— Tu también eres lindo, Lou. —susurró Harry para sí mismo con un rubor en sus mejillas. Aunque Louis sí alcanzó a escuchar las palabras de Harry. Se sonrojó, y mucho.

Mientras jugaban con sus peluches se dirigieron sin darse cuenta a un rincón del salón. Estaban mejor solos, los otros niños eran malos y no los dejaban jugar. Diez minutos después de una gran lucha con ambos peluches se recostaron en una pared, peluches, crayolas, hojas y legos a sus costados. Harry dirigió su mirada al castaño que se encontraba a su lado sentado y algo tembloroso, recostó su cabeza en su hombro. Harry había visto a su mamá y a su papá así muchas veces en el sillón y él le preguntaba a su mami por qué lo hacía y ella le decía que se sentía bonito, después de eso ella le daba un beso en los labios a su papá y ambos sonreían. Harry quería hacer lo mismo. Llamó la atención de Louis tocando su mejilla, este se sobresaltó por el inesperado tacto y lo miró. Se miraron por unos segundos y poco a poco Harry se acercó a Louis. Con temor rozó sus narices y se separó al instante por la vergüenza.

Louis algo desilusionado por la soledad que le embargó después de que Harry se alejara de él, agarró la mano del ojiverde y entrelazó sus dedos. Louis también había presenciado varias veces esas muestras de afecto en sus padres. Harry dirigió su mirada a sus manos, ahora entrelazadas con las de Louis y sonrió. Con su otra mano, Louis tomó delicadamente la mejilla del rizado y se acercó, ahora sí, tocando los labios del menor mientras sentían sus respiraciones algo aceleradas y un gran rubor ascendía por las mejillas de ambos pequeños, sintiendo las famosas maripositas en el estómago. Se separaron y sonrieron.

—Creo que nadie debe saber esto...—comentó Harry lentamente mientras fruncía levemente el ceño. Louis se acercó lentamente hacia Harry y le besó la frente, se separó de inmediato y salió corriendo. Vio de lejos como agarraba una hoja y comenzaba a escribir.

—¿A dónde vas Lou? — preguntó quedamente Harry, al parecer Louis no quería estar con el nunca más.

Harry se se sentó lentamente y agarró un par de hojas de las que se econtraban al rededor y comenzó a trazar líneas uniformes para distraerse. Minutos después Harry vio una sombra tapando su dibujo y miró hacia arriba para ver de quien se trataba. Era Louis, y tenía algo escondido en su bolsillo trasero, se moría por saber que era, sin embargo se quedó callado.

Louis se agachó para estar a la misma altura de Harry y lo volvió a besar, esta vez en los labios. —Si piensas que no quería estar contigo, estás equivocado. Me gustas y no te dejaré por esos niños peleones— Le confesó Louis a Harry en voz baja a la vez que un color carmesí adornaban sus mejillas. Harry sonrió con esos característicos huecos que se le hacían en las mejillas, y descubrió que se llamaban hoyuelos, Louis había preguntado a la profesora hace un momento. Volvieron a entrelazar sus manos y se sonrieron secretamente.

— ¡Niños es hora de salida! —vociferó la profesora del primer grado, el primer día de escuela

—Harry y Louis vengan aquí ¿Qué hacen por allá escondidos? Sus mamás están afuera. — Les reprochó la profesora. Ambos niños se sobresaltaron y soltaron sus manos. Sonrieron cómplices y corrieron hacia la puerta de salida para abrazar a sus mamás.

— ¡Hazza! —Gritó Louis mientras agitaba su mano llamando la atención del rizado. Harry volteó y miró a Louis, mientras bajaba de los brazos de su mamá y se acercaba. —Ten, ábrelo cuando llegues a casa. Adiós Harry. —le dijo dándole una hoja doblada por la mitad y lo ponía en el bolsillo de su suéter mientras lo abrazaba y le daba un pequeño beso en la mejilla sin que nadie se diese cuenta. Harry le correspondió el abrazo mientras un rubor le embargaba toda la cara. Se separaron.

— ¡Eres el mejor amigo del mundo! Te quiero, ven mañana— le gritó desde lejos Louis a Harry mientras estaba en brazos de su madre, sacudía su mano en forma de despedida. Harry sonrió y correspondió al saludo. —Adiós Lou, cuidate— Le regaló una brillante sonrisa a su mejor amigo mientras una lágrima resbalaba por su mejilla. ¡Era su primer mejor amigo y le dijo que lo quería! Y ¡Su mejor amigo fue su jodido primer beso! Se sentía muy lindo.

Ya en el carro con su mamá, Harry no aguantó más la curiosidad. Abrió con cuidado el sobre y vio un dibujo. Louis y él agarrados de la mano y una pequeña frase al final.

Eres lindo y te quiero Harry :)



Bueno, este es un One Shot que escribí hace un tiempo, además es súper corto. Espero que lo disfruten.

¡Gracias por leer!

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