A escribir le agradezco el hecho de poder organizar mis ideas.
El hombre contemporáneo debería alejarse a veces de tanto ruido exterior, del continuo zumbido proveniente de cada pantalla, que lo mira y lo mira.
El individuo contemporáneo se encuentra solo pero siempre observado, tiene la sensación de que hay un intruso siempre. La soledad no es lo que era, el retiro espiritual no podría tener menos de espiritual cuando en cualquier momento podría vibra el celular con alguna notificación insustancial.
Escribo para poder escaparme de todo ese bombardeo continuo de noticias, de voces, de ruidos y ruidos. Escribo para poder centrarme por un momento en lo que soy y poder verme sin tanta bruma.