Capítulo 13

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El siguiente curso comenzó de forma horrible para ambas chicas pero, al menos, volvían a tenerse mutuamente. Alba comenzaba tercero, el curso más complicado de secundaria según muchas personas y, por si eso fuera poco, de nuevo habían vuelto a cambiar los grupos. Ese año la habían separado de Adrián después de que este se convirtiera en su mejor amigo y, en su lugar, iban a su clase Pau, Ángel y Marc.

Rocío, por su parte, empezaba un año del que tenía ganas. Por fin iba a dar latín y podía deshacerse de biología y física y química. Sin embargo, sabía de sobra que en las horas de clase estaría sola, como a finales del año anterior. Esto ya no le importaba, le daba igual lo que pensaran de ella, porque la tradición de pasar los recreos con Alba había vuelto. La morena, que ya se había quitado el flequillo, se había unido al grupo de amigos de la otra chica y se sorprendió de la buena acogida que le dieron.

-A ver... con Pau bien, pero sabéis que no suelo hablar mucho con él.- Dijo Alba respondiendo a la pregunta que le había hecho Óscar.- Además, ahora está malo. Y Marc y Ángel...- Suspiró dramáticamente.- Desde que están juntos no tienen ojos para nadie más.

-¿Están juntos?- Cuestionó Rocío. Todos los presentes respondieron afirmativamente. La morena asintió con una sonrisa que se agrandó cuando Alba le apartó un mechón de pelo que se le había movido hacia la cara.

-¿Y los demás qué tal?- Siguió preguntando Óscar.

-Yo estoy con gente del curso pasado, pero con nadie del colegio.- Respondió Bruno.

-A Adri y a mí nos tocó juntos este año.- El nombrado y Daniel chocaron sus puños ante la mirada enternecida de Alba.

-Los dos hombres de mi vida.- Todo el mundo allí sabía que aquellos dos chicos habían sido los apoyos más importantes para la rubia. Uno en el último año de colegio y otro en el instituto, aunque solo uno supiera de sus sentimientos. Fue este el que le guiñó el ojo a Alba consiguiendo que esta se riera.

-Que no te escuche tu padre decir eso.- Adivirtió Rocío a modo de broma. Los chicos acompañaron a la rubia en sus carcajadas.

-Tienes toda la razón.- Respondió girándose para mirarla. La morena aprovechó para observar de cerca a su amiga. Seguía teniendo plasmada en la cara la sonrisa que Adrián le había sacado, pero no estaba roja... Eso le confundió, pues Alba solía ruborizarse casi por cualquier toma de contacto medianamente especial.

-¿Puedes acompañarme a la biblioteca? Quiero coger un libro antes de que termine el recreo.- Explicó en bajo para que solo la oyera la otra chica.

-Claro.- Respondió antes de levantarse.- Chicos, nos vamos, que Rocío quiere coger un libro de la biblio.- Todos se despidieron verbalmente y las dos chicas comenzaron a subir la cuesta que las separaba del edificio principal.

-Sé que en su momento te dije que no te sacaría más el tema, pero... ¿Adrián y tú sois novios?- Alba dejó de caminar y la miró con el ceño fruncido, comenzando a irritarse.

-¿Todo lo del libro fue un truco para volver a interrogarme sobre mis supuestos ligues?

-¡No, no!- Se apresuró a negar Rocío. Le cogió la mano a la rubia y la miró a los ojos, esperando que pudiera ver la verdad en ellos.- Lo del libro es verdad. Siento haberte hablado de esto, pero es que se os ve muy unidos...- Alba resopló.

-No, Rocío. Ni estamos saliendo ni vamos a salir nunca. Solo es mi mejor amigo.- La morena pasó de una cara de miedo a una de tristeza. Asintió volviendo a caminar. Al fin y al cabo, era capaz de comprender por qué ese puesto ya no le correspondía a ella. Alba se apresuró para alcanzarla y volvió a hablar.- ¿Por qué cualquier acercamiento con un chico te hace pensar que me gusta o que es mi novio?

My youth is yours; albocíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora