-2-

11 0 0
                                    

Yuta:

Se encontraba sentado en el café, quince minutos antes de la hora acordada, estaba nervioso, "pero,¿por qué debería estarlo?, solo iban a conversar un poco y ya ;no había nada de qué preocuparse". Por fin ya era la hora, Yuta imaginó que Keiji llegaría en unos cuantos minutos, pero no fué así, pasaron diez minutos y no se aparecía, veinte minutos y seguían sin dar señales de llegar,el rojizo oscuro estaba harto, se sentía como un idiota esperando a alguien que no iba a llegar.

Salió del café y se dirigió hacia su casa "¿como pude pensar en darle otra oportunidad?" se repetía a sí mismo. De repente a lo lejos se escuchó como una voz gritaba:

-¡YUTA!, ESPERA.

Keiji:

Estaba a tiempo para ir al café, fué a tomar una ducha, puesto que había tenido práctica de fútbol previamente; se estaba secando cuando escuchó la puerta del baño abrirse, no le habría dado tanta importancia de no ser por la,persona que entró por la puerta, era Daiki y caminaba con calma hacia Keiji.

-¿Qué quieres?-preguntó este con cara de repugnancia.

-Nada, ¿qué, ahora la gente ya no puede ir al baño sin que el galán de la escuela los moleste?

-No soy ningún galán

-Si claro, repite eso hasta que te lo creas, todas las niñas de la escuela quieren estar contigo, si eso no te convierte en un galán entonces no se que eres

-¿Qué quieres Daiki?-pregunto Keiji irritado haciendo caso omiso del anterior comentario de el castaño

-Ya que insistes,si quiero algo

-¿QUE?

-Alejate de Yuta

-...

-No trates de volver a ser su "noviecito"

Keiji estaba tan irritado por que iba a llegar tarde con Yuta que ni siquiera se dispuso a discutir.

-No se de que estas hablando,sólo quiero ser su amigo. Ahora si me disculpas debo irme

Keiji estaba a punto de salir por la puerta cuando esta se cierra de golpe frente a su cara.

-Esa es la cuestión querido- dijo Daiki con una voz que el azabache no pudo reconocer-.Tu no irás a ver a nadie.

-¿Pero qué rayos dices?

Y antes de que Keiji pudiera decir otra cosa el castaño lo empujó y cayó al suelo, Daiki salió rápidamente del baño y colocó una tabla de modo que la puerta no se pudiera era abrir.

Yuta:

Volteó rápidamente, estaba preparado para darle una buena bofetada, ¿cómo se atrevía a dejarlo esperando? Cuando estaba a punto de golpearlo este le agarró la mano y se acercó a su rostro para revelar la cara de su mejor amigo (¿eh? n-no es Keiji).

-Wow tranquilo tigre.

-!Daiki! Lo siento, pensé que eras alguien más.

-No deberías saludar a tu mejor amigo de esa manera

-Es tu culpa de todos modos, no deberías acercarte tanto a la gente.

-No me acerco tanto a la gente, sólo me acerco a ti -dijo esto último acercándose tanto a la cara del rojizo oscuro que estuvo a punto de darle un beso, pero antes de que eso pasará Yuta lo alejó empujando su cara con la palma de la mano.

-De todos modos ¿qué haces a estas horas caminando sólo?

-Lo mismo te podría preguntar a ti.

-Tengo clases de piano ¿recuerdas?

-¡Oh! Claro, lo olvide.

-Y bien.

-¿Eh?

-¿¡Tu que haces aquí!?

(¿Debería contarle a Daiki, como ese maldito me dejo plantado? Mejor no, sólo armaría un escándalo).

-Ayudó a gallinas a cruzar la calle.

-¿Ayudas a gallinas a cruzar la calle?

-Exacto, consideró su seguridad de vital importancia.

-¿Seguro que no te golpeaste la cabeza?

-¿Estás diciéndome que la seguridad de las gallinas no es importante para ti? Gracias a ellas tienes tu desayuno servido en la mesa todos los días .

-Esta bien, esta bien, su seguridad es importante. ¿Qué te parece si te acompaño a tu casa?

-De acuerdo,pero no te puedes quedar debo hacer tarea y ya es tarde.

-Quién te manda a ayudar gallinas.

(Quién me manda a tratar de confiar en un idiota).

-MIENTRAS TANTO EN EL BAÑO-

Keiji por fin había conseguido tirar la puerta.

-Ese maldito me las va a pagar.

Corrió lo más rápido que pudo en dirección del café, sabía que Yuta no iba a estar ahí, pero deseaba que todavía estuviera esperándolo.

Llegó al café y... Yuta ya no estaba, trató de buscarlo en las calles de alrededor pero no lo encontró (demonios y ahora que voy a hacer, seguro no va a querer perdonarme, dijo claramente que si llegaba tarde no me daría otra oportunidad. Pero si le digo que ese hijo de- Daiki fue el causante de todo esto tal vez me dé otra oportunidad, si eso voy a hacer.

El azabache fue directo a su casa, estaba un poco desanimado pero tenía esperanzas de que Yuta lo perdonará, de todos modos no había sido su culpa, fue de Daiki, él no quería que se vieran. El muchacho agarró su teléfono dispuesto a llamar a Yuta y luego recordó... él no tenía su número, lo había borrado hace años atrás, ¿Cómo puedo ser tan estúpido? Se dijo a sí mismo. Lo más razonable sería esperar al día siguiente para hablar con él,pero Keiji conocía a Yuta, sabía que a pesar de haber cambiado, su afición por la puntualidad seguía intacta y si le decía hoy la razón por la que no había podido asistir al café, tal vez no se enojaría tanto y consideraría darle otra oportunidad.

Preguntó entre sus amigos y conocidos si alguien podría proporcionarle el número del muchacho. Nadie, ni una sola persona tenía el número del rojizo oscuro, era un MALDITO FANTASMA.

Keiji lamentaba no tener el número de Daiki en esos momentos, aunque dudaba mucho el le diera el número de Yuta,parecía que su único trabajo desde que se volvieron a encontrar era apartarlo de él rojizo oscuro, aquel castaño contenía un gira odio hacia Keiji, se podía notar a leguas y,no lo entendía tal vez nunca habían sido amigos, pero tampoco se llevaban mal, sólo que nunca congeniaron en realidad.


Ozi ozi ahq, si supieran en que nos basamos para esta historia ;-; en fin, está historia es ficticia (aunque nosotras no lo queramos, que sad) y pss dinosaurio 

Barro_tal_vez (editora que nos maltrata, te odio y te amo <3)

Cuin29 (escritora talentosa af <3)

y luego estoy yo ;-; así na' más TT


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 09, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Lo que no nos enseñaron del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora