CAP 1

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En el preciso instante en el que la vio, quedo prendado de ella.
Lo más hermoso, lo más singular, fue que la muchacha tambien lo vio a el en ese preciso momento.
Era morena, de cabello muy negro, azabache, lo adornaba con unas cintas de colores que caian sobre sus hombros, perdidas entre rizos de modo que su ligero tocado semejaba flotar. Su rostro era puro, de tez palida en la que los ojos parecian dos perlas y sus labios una pincelada dorada. Sus manos poseian un libro de tapas rojas que apretaba a su pecho al andar.
Dos o tres pasos por delante iban sus padres.
Juto a la muchacha, caminaba una institutriz de rostro severo, perfctamente uniformada
En verano muchas personas a cudian al pueblo para decansar y disfrutar de sus aguas medicinales.
Jason ya no iba a olvidar aquel segundo.
Aquella mirada.
La suya.
La de la muchacha.
Nunca hubiera imaginado que, en un abrir y cerrar de ojos, la vida pudiera cambiar tanto.
Solo fue consistente de que su corazon latia mas y mas deprisa.
Nada mas.
Los siguio.
Por la calle, por la plaza, en direccion a la iglesia. Porque en un domingo por la mañana, la gente acudian al templo para escuchar la palabra de Dios.
Jason no aparto los ojos de la muchacha. Estaban ya en la plaza, los padres caminaban despacio. Se detuvieron en la puerta de la iglesia para hablar con otro matrimonio. Luego entraron todos al templo.
Jason no supo que hacer.
Iba descalzo, los pantalones desgantados y sujetos por una cuerda, la camisa raida y el pelo revuelto.
Jason desafio a su suerte y penetro en el templo.

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Historia de un segundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora