Seré tu luz

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Hola, éste es un OS que estaba deseando terminar hace tiempo y luego de que @2minsheep practimente "me obligara" a regalarle un OS, se lo doy a ella.

¡Pero te advierto 2minsheep! Es el primero y el último, no caeré en esos juegos otra vez, y si lo hago, no cumpliré, lo he decidido (imagina que lo digo cruzada de brazos y con el ceño fruncido), me rehuso a hacerlo.

Espero lo disfrutes :) y todo aquel que lo lea.

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Taemin vio a su pequeño sobrino correr a su alrededor, junto a uno de sus amigos mientras jugaban a congelarse, haciéndole reír porque el niño era rápido y su pequeño amigo no podía alcanzarlo con facilidad, incluso los vio correr por la calle hasta el final de ésta y se detuvieron ya que no les era permitido ir más allá sin supervisión de un adulto.

Los niños dejaron de correr y se detuvieron frente a la casa abandonada de la esquina, viendo hacia atrás a Taemin que se levantó de su lugar en porche de su casa para poder vigilarlos mejor, viendo como los pequeños daban pasos hacia la casa y luego retrocedían corriendo en su dirección, y no era algo que le sorprendiera, ya que conocía el temor las personas solían tenerle al lugar, asegurando que ahí había un monstruo.

—Jung, Shin —gritó a los niños — es hora de volver a casa, las galletas de mamá deben de estar listas.

Los niños se acercaron riendo y se detuvieron junto a él para entrar a la casa, dirigiéndose a la cocina para que su madre pudiera darles algunas de las galletas recién horneadas, mientras hablaba con su cuñada acerca de una anécdota del supermercado, la cual él prefirió ignorar, tomando más galletas de las que podía comer y las colocó en una bolsa de papel.

—Mamá —llamó la atención de la mujer de más edad —saldré un momento.

La mujer asintió como diciéndole que estaba bien, aunque Taemin ya no era un niño que tuviera que pedirle permiso, pero ella se preocuparía por su hijo de veinticinco años si desaparecía sin decir nada, y él prefería ahorrarle un mal momento a su madre.

Salió de la casa con la bolsa con galletas en una mano, y el juego de llaves en la otra, viendo hacia atrás cuando se detuvo frente a la casa que los vecinos creían abandonada y en la que los niños pensaban que asustaban, y cuando estuvo seguro que nadie lo veía, se dirigió a la puerta, abriéndola con una llave que había conseguido sólo meses atrás.

El lugar era bastante lúgubre, tanto que las personas podrían creer que en verdad nadie vivía ahí, incluso la primera vez que estuvo en ese lugar él lo creyó, siempre parecía haber una ligera capa de polvo en todo el lugar, las ventanas tenían cortinas que a penas y permitían que la luz entrara, y tenía el característico olor de una casa a que estuvo cerrada por años.

Una pequeña sonrisa apareció en sus labios cuando vio un casi imperceptible movimiento en la sala de estar, y si hace meses hubiera visto eso, habría salido corriendo, o lanzado lo primero que estuvo a su alcance, ya que ese lugar siempre fue así, desde que él era niño, pero hace algunos meses le llamó la atención cómo parecía que alguien siempre rondaba cerca cuando nadie los veía.

—Ahí estás —dijo caminando hacia el sofá viejo —te extrañé.

Se sentó en las piernas del hombre que estaba sobre el sofá, y quien pareció querer ocultarse más entre la obscuridad de la casa, y si fuera más tarde lo hubiese hecho con éxito, ya que por lo general nunca encendía ninguna luz, sólo un par vela que estaba a una distancia considerable.

—Taemin...

Su nombre fue dicho en un suspiro en el momento que tomó entre sus manos el rostro del hombre, riendo ampliamente cuando éste se removió incómodo, ya que sabía que eso iba a pasar, las cosas no habían cambiado por mucho que él demostrara que no era igual a los demás.

Seré tu luz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora