Satoshi

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Horas antes de la muerte del anciano Mihoga...

¿Nunca les ha tocado tener que hacer algo tan fácil  y difícil al mismo tiempo?

En estos momentos estoy haciendo la misión más importante de mi vida, técnicamente llevarla a cabo esta siendo pan comido. Para un exterminador de demonios, que se entrena como es debido, debe ser capaz de saber ocultar su presencia cerca de criaturas que tienen los sentidos más desarrollados del planeta ya que algunos pueden oír el aleteo de una mosca a más de cien metros perfectamente, algunos pueden llegar a oler la sangre de un humano a kilómetros, muchos pueden ver claramente en plena oscuridad y lo peor es que unos pocos tienen dones que les sirven de sexto o hasta de sextimo sentido, por lo tanto infiltrarse en una propiedad de humanos no propone ningún riesgo o por lo menos no debería serlo para el líder de los exterminadores y en parte es cierto, engañar nuestros sentidos es un juego de niños, burlar su seguridad es casi aburrido sobre todo porque contamos con una tecnología que la mayoría se niega a aceptar ya que siempre tomamos prestado las últimas tecnologías militares secretas y las mezclamos con lo poco que podemos tomar de las bestias para usarla en su contra. Pero estoy disvariando, como decía infiltrarse en el palacio real del emperador es un chiste, ¡ah si! Estoy en la bóveda del emperador, no lo había dicho, es que tengo un debate moral interno ya que el emperador es el único humano convencional que conoce nuestra existencia y confía plenamente en que todo mi clan lo está protegiendo a él y a cada humano en Japón; presisamente yo lo mire a los ojos de rodillas jurandole lealtad, casualmente estoy robando bajo su almohada  (figurativamente claro).

¿Pero que hago aqui? ¿Qué me obliga a romper mis votos?

Pues irónicamente los mismos votos por que estoy aquí robando la reliquia sagrada del emperador, la espada Ame no Murakumo no Tsurugi pero es mas conocida como Kusanagi y hoy en día existirán como máximo tres personas en todo el mundo que la hayan visto por lo tanto sabrán que no es algo que le pueda pedir al emperador como si fuera un vecino pidiendo azucar.

Pero la necesito ya que estamos al borde de una guerra con las bestias ¿las razones? Muchas ¿culpables? Ambos.
Sinceramente a estas alturas esas preguntas ya no me importan lo cierto es que nuestro clan que es el escudo de la humanidad en Japón. No va a ser suficiente para vencer sus fuerzas unidas, quizás si se unieran todos los clanes de exterminadores del mundo, cosa poco probable y aún así no creo que podamos vencer a su líder, el príncipe de las bestias le llaman, un mononoke, mas llamado demonio perro con la mirada mas fría que e conocido, OJO e visto criaturas que han hecho cosas abominable y sus presencias no se comparan a lo tenebroso que es estar ante él, mi padre contaba que era capaz de cortarte con sus garras a más de diez metros y si sobrevivias a ellas te mataba su potente veneno también decia que se podía comer un caballo de un mordisco y derretir con su baba la espada forjada con el mejor acero y que contaba la leyenda que tenia el poder de derribar una montaña si se ponía de mal humor. ¿Entienden mi desesperacion? Pero no crean que no intenté dialogar con él, basta con decir que ni me dirigió la palabra quien me recibió fue un demonio insolente que tiene el descaro de llamar insolente a los demas.

Bueno, estoy retrasando lo inevitable hablando al aire, encontremos de una vez la espada, debo confesar algo extraño; desde que entré a esta bóveda siento una rara familiaridad con el lugar se podría decir que se exactamente donde esta, entre tantos corredores y pasillos, estoy cominando hacía una sola dirección sin mirar a los lados, como si persiguiera un olor y la idea de tomar otro camino me parece absurdo porque se que lo que busco, lo que necesito desesperadamente esta cruzando el próximo pasillo, si, alli en ese cofre verde jade con un grabado de Susanoo el dios del mar y las tormentas cortandole la cola a una serpiente y a los lados un símbolo octagonal con dos cuadrados dentro mirando a distintas direcciones y una linea vertical en el centro cosa que no me distrae para abrir el cofre usando la llave en forma de peine colocandola en el cabello grabado del dios que esta en el cofre, al abrirse el cofre distingo una espada forjada en una pieza junto con el mango en un extraño metal que parece marfil, aproximadamente de unos 80 cm. de largo, a pesar de haber sido tocada por miles de años se sigue viendo reluciente; se que debo buscar la funda para tomarla después de haber hecho la ceremonia que corresponde pero no puedo dejar de mirarla, no me había dado cuenta que ya la estaba tomando por el mango levantandola para observar mejor sus endiduras, su filo, su peso que es como si fuera de plomo. Al parecer ella me esta viendo pero no de una forma tan superficial siento que observa mis sentimientos, mi mente y mi alma; mi corazon late fuerte pero pausado asiendo la espada mas lijera cada vez que mi pulso pasa por la mano que la empuña, a la octava pulsación me encuentro perdido en la espada y escucho claramente una voz.

El Perro, La Orquídea y La Serpiente. (Sesshomaru&rin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora