Introducción

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El sabor metálico de la sangre de mi labio partido me inunda la boca, los nudillos me escuecen.

Siento otro golpe en el pómulo derecho.

Mierda, debo controlarme, quizá la próxima vez piense mejor las cosas antes de involucrarme en una pelea.
Pero ahora ya estoy metido en una, y no voy a perder.

Dirijo mi puño a su barbilla, el chico frente a mi se tambalea y vacila con caer, pero uno de sus amigos le sostiene y le empuja hacia mi, para que continúe.

No quiero que esta pelea siga, le doy el último puñetazo que se que le dejará en el suelo. Así es. El moreno cae e intenta levantarse, sus amigos le animan pero antes de que el consiga levantarse me pongo de cuclillas y le pongo la mano en la espalda.

-
Tío, deberías dejarlo - hablo con la voz pesada - deberíamos - me corrijo.

Antes de que este pueda incorporarse, me giro y veo que Adeline ya no está, mierda.

Definitivamente mi mayor defecto es no pensar antes de actuar.

- Ade - la llamo sin alzar la voz cuando la veo sentada en un banco, a unos pocos metros de donde estábamos antes - joder, lo siento.

- Sabes que no es la primera vez que me ocurre, y no será la última, tu no vas a solucionar nada, y menos a base de violencia - me habla con la voz cargada de indiferencia.

- Pero tampoco podía dejar ir a ese capullo, ni de coña - intento expresarme.

- A veces deberías usar el cerebro y no los puños - me reprocha.

- Sabes que lo intento - digo con delicadeza.

- Llévame a casa - intenta apartar el tema y eso hace que pierda los nervios, pero me contengo.

Ambos caminamos hacia mi viejo coche, me subo y arranco, cabreado conmigo mismo piso un poco el acelerador.

Ade me mira con mala cara mientras termina de abrocharse el cinturón.

Cuando entramos en la autopista, veo en el salpicadero la manzana que Adeline debería haberse comido a las siete de la tarde, miro el reloj, son las nueve y media.

- Comete la manzana - le pido.

- No tengo hambre.

- Lo sé, pero tienes que comerla.

- No quiero.

- Comete la maldita manzana, Ade.

- Te he dicho que no - sentencia.

- Muy bien - doy un giro brusco para meterme hacia una de las salidas de la autopista, ni si quiera se hacia donde va esta salida - o te la comes o no te llevaré a tu casa.

- Pues no me lleves, gilipollas - decido mandar todo a la mierda, doy un frenazo y aparco a un lado de la carretera, un error fatal por mi parte ya que mi coche es negro y al estar apagado no llevo las luces puestas, el cielo está oscuro y no hay muchas farolas en esta zona, enseguida me doy cuenta de ello e intento encajar las llaves en el contacto con torpeza, los nervios me impiden acertar, me rindo, miro hacia Ade y cuando la veo, observo que está abriendo la puerta, intento agarrarla pero ya la ha cerrando, joder.

Grito su nombre y me mira con tristeza pero no deja de avanzar.

Veo unas luces por el espejo retrovisor, me asusto, escucho pitidos, muchos pitidos provenientes del claxon de algún vehículo.

Mi vista se dirige a Adeline, que camina hacia la carretera, de espaldas a mi. 

La miro, probablemente, por última vez

***

Hola!! Mi nombre es Lucía y os invito a que me deis vuestra opinión.
¿Que creéis que es lo que le pasa a Ade?
Y claro, ¿Que creéis que le espera en el capítulo 1?

Lu <3

Bad choices - PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora