Historias Pokémon (PCP)

Tú eres mi debilidad

Pokeyaoi Typhlosion X Feraligatr:
“Tú eres mi debilidad"

Ha pasado mucho tiempo, desde que nos vimos por última vez. Al fin luego de tiempo podemos hablar, sin tener que estar peleando entre nosotros por ordenes de nuestros entrenadores. Ahora estábamos  acá, en la Guarida Dragón, tras nuestra victoria en la batalla que tuvimos contra Lance y la líder Débora (o Clair, como la llamen ustedes).

Al fin podía ver el sueño que anhelaba ser realidad pronto; pero no podía estar cerca a tu lado para decírtelo, por ahora, tenía que esperar el momento oportuno, y antes de eso acordé contigo para hablarte. Me dijiste que lo dijera ahora, pero te dije que era algo personal. Ya al caer la hora en que todos dormían. Pero yo ya estaba yendo donde concordamos ir.

Y mientras narraba todo esto, yo ya estaba contigo, en el otro extremo del lugar, mirando el agua del sitio.

- Bien, ¿para qué es que me pedías hablar contigo? - me lo dijiste con seriedad - Si es para pelear otra vez, te digo que no ando con ganas.

- No, no es eso - te respondí - Es otra cosa personal

-  ¿Personal te refieres? - me respondiste de forma muy rápida, en un tono sospechoso - Vale.

- Es que quisiera decirte algo... - dije con algo de nervios.

Tras esa respuesta te quedaste algo extrañado por mi comportamiento y dijiste que siguiera.

- Verás... Te acuerdas la primera vez que combatimos? Pues... - mientras intentaba cargarme el valor de decirle lo que decía miraba mi reflejo en el agua de la orilla - ese día me dejé vencer.

- ¿Eh? - te quedaste curioso al escucharme, pero al instante fingiste que no te interesó - Oh, vale.

- Oye, ¿No quieres saber el por qué es que me dejé? - te respondí, mirándote desde mi derecha.

- No, ¿para qué quiero saberlo? - dijiste con seguridad, aunque tu tono de voz decía otra cosa.

- ... Qué acaso no lo entiendes? Aún así te lo diré. Me dejé vencer porque no quería hacerte daño - me acerqué más a ti mientras decía eso - Y la razón del porqué no te quería lastimar es porque eres importante para mí... Y siento algo por ti - ya estaba demasiado nervioso - Sé que será ridículo, pero es que tú me gustas... - miré a otra lado, para que no vieras mi sonrojo, aunque eso era imposible por mis escamas - Esa es la razón por la que siempre me he dejado vencer en todas nuestras batallas, la  razón por la cual contenía todas mis fuerzas. Yo te amo demasiado que prefiero ser lastimado por ti a que yo te lastime. Ya lo dije... No sé como me veas ahora después de esto, amigo. Al principio tuve mis dudas, pero con el tiempo vi que te quería, y te lo confesé, aunque esto pudiera todo el respeto que me tenías.

Hubo un momento de silencio. Estaba con los ojos cerrados y decaído. Al escuchar tus pasos creí que te ibas. Pero... No fue así, en su lugar sentí tu suave y cálido pelaje rodear mi espalda y cuello, junto a un agradable olor a madera chamuscada muy de mi agrado. Al abrir mis ojos te vi, y tú a mí también.

- Si lo que intentas es consolarme, no funciona - te dije. Tú inmediato contestaste:

- Dijiste, “pudiera", pues tengo que decirte que no es así...- observé como comenzaste a ruborizarte - Porque yo también siento lo mismo que tú sientes por mí - no me esperé que me besaras en la mejilla - Ahora entiendo el porqué eras blando conmigo, es algo lindo, aunque me decepcionabas en cada encuentro - resaltaste “decepcionabas" en un tono muy fuerte - Así que quiero una batalla contigo ahora, pero esta vez una seria. No te contengas.

- Oh.. vale - respondí con nervios, debido - Pero es que no quisiera hacerte mucho daño... Y pues... Si luchamos aquí haremos ruido y..

- Entonces vayamos a otro sitio. Puedes llevarnos fuera de la cueva - contestaste.