It'll be alright || HopeKook

Part 1

Es preferible que escuchéis y leaís la canción para mejor entendimiento y compromiso con este fanfic '-')

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Lo tomó de la cintura por sorpresa en medio de la cocina, causando que de sus labios saliera una pequeña exaltación por la acción tan inesperada y lo apegó desde atrás, posicionando su mentón en el hombro del de cabellos castaños. Hoseok juntó la punta de su nariz al cuello sensible del menor, aspirando el dulce aroma.

Jungkook se estremeció por el aliento templado en su piel, por lo que sin ser consciente se encogió, logrando que Hoseok apretara sus manos alrededor de su cuerpo.

—Tranquilo, soy yo, tu amado novio.—Murmuró cerca del oído masculino, después soltó una pequeña risa traviesa que solo hizo removerse al más joven.

—Sé que eres tú, eres el único que vives conmigo además de Mickey...—Se hizo un pequeño espacio entre los brazos del pelinegro para voltearse con comodidad, quedando frente a frente. Sus rostros eran separados por escasos centímetros que el mayor deseaba borrar.

—Ya me estaba indignando, creía que te habías olvidado de nuestro precioso cachorro.—Carcajeó con sorna, siendo evidente que estaba siendo sarcástico.

—Deja de burlarte así de mí.—Exigió divertido, mientras que sus labios se curvaban juguetones.

—¿Burlarme de tí, mi pequeño Kookie? Sabes que jamás...—Juró con falsa incredulidad, haciendo el ademán de acortar distancias, pero deteniéndose a tiempo para no realizar todavía ningún contacto ansiado.

—No sé, entonces, ¿cuál es tu propósito conmigo?—Preguntó suavizando más su voz a la vez que colaba sus extremidades por los hombros del moreno, anclándose a ellos. Estaba siendo todo muy sugerente para Hoseok.

—Darte los buenos días, conoces perfectamente mi encantadora rutina matutina, es la de siempre, cielo.—Respondió vocalizando demasiado sus palabras, alargándolas adrede, sabiendo lo que empezarían.

—¿Dices que esto es un mero saludo, no?—Interrogó el apresado, que pasaba sus ojos acaramelados de las púpilas expectantes a los labios finos y apetitosos, haciendo evidente este atrevido gesto.—¡Qué novio más considerado!

—Sí, ¿o debería haber algo más allá de un simple y aburrido saludo?—Reformuló, rozando esta vez sus narices sutilmente. Hoseok afianzaba a cada segundo que pasaba su agarre sobre la estrecha cintura del menor, llegando a un punto en donde sus falanges, ambiciosas, bajaban más arrastrando la tela delgada.

—Quizás, parece una idea tentadora...—Le regaló una sonrisa traviesa, relamió sus labios, jalando un poco más del cuello del azabache. Este rió, cerrando los ojos y negando con la cabeza, mientras iba arrastrando paso a paso a Jungkook hacia la encimera.

—Buscas muchas cosas a una hora muy temprana...—Antes de que chocaran contra el borde de piedra y granizo, y sus manos ya se hubieran metido bajo la franela tan vulnerable que portaba, acercó sus labios a la comisura de los del pequeño, depositando un beso tan cálido y fogoso que fue poco el tiempo en el que la mirada de ambos se llenó de un deseo desenfrenado.—...eso es peligroso porque acabarás muy cansado.

—Vale la pena cuando eres tú.—Aseguró en apenas un susurró que fue disminuyendo por culpa del ayanamiento espontáneo de su boca por la de su pareja, que la reclamaba ferozmente, que lo embrujaba con un movimiento tan apasionado como sensual. El de casi 26 años con cierto desacuerdo, se separó de tan maravilloso tacto para contemplar como la impaciencia nacía en el de cabellera marrón.

—Tus amigos después me llaman, culpándome porque nunca quedas con ellos...—Jungkook atrajo sin prestar mucha atención a Jung, buscando ese contacto tan íntimo otra vez.—Dicen que te retengo.