dix-sept

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『 ¡Oᴘᴘs! 』

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『 ¡Oᴘᴘs! 』

1 mes después

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1 mes después...

Su clase de canto había sido exhausta, las notas altas habían dejado su garanta seca y con una punzada de dolor, casi inexistente

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Su clase de canto había sido exhausta, las notas altas habían dejado su garanta seca y con una punzada de dolor, casi inexistente. El evento estaba muy cerca y era que lo habían adelantado un mes, así todos ahora estaban dando su mejor esfuerzo para que todo saliera bien.

Todos cantaban en acapella para todo sonará al unísono, no todos tenían voz aguda o fina, pero igualmente se complementaban con las demás voces.

Su profesor les había hecho pasar a uno por uno, para saber cual parte de la canción era su fuerte, Jimin en la única parte que había fallado, era en el pequeño rap, ya que según él, no servía para eso, ya que siempre se quedaban sin aire y su voz dejaba de sonar.

—Muy bien chicos, nos vemos en la próxima clase. —Su profesor SeokJin les dijo, Jin era su ejemplo a seguir, su admiración, tenia una voz hermosa y encantadora, era aguda pero no tan exagerada, hacia notas muy altas sin desafinar y era algo que él todavía no podía lograr sin fallar.

La letra de la canción le gustaba y era alegra y linda, así como había estado su estado de ánimo hace poco tiempo, en la academia había hechos buenos amigos, aunque de diferente categoría, siempre se llevó mejor con los de danza.

La danza también le atraía, pero no se sentía lo suficiente bueno para estar en esas clases, era un novato en el baile, aunque le encantará moverse, le daba vergüenza entrar sin saber nada o tener alguna experiencia.

Los había visto ensayar algunas vez, y la mayoría de veces terminaba bailando con ellos, aunque solo fuera una tontería lo qué hacia.

—Jimin, ¿Puedes hacerme un favor?. — le pregunto su mayor, se acercó al escritorio de su profesor.

—Claro hyung, ¿Qué necesita?

—¿Puedes ir a la sala de composición y dejar estos papeles?. — Asintió con un pequeño movimiento de cabeza, y camino hasta dónde recordaba donde estaban los salones de composiciones.

Muchas personas ya empezaban a irse, y como los de composición salían antes que los de cantó, suponía que ya no iba a ver nadie y tal vez podía ir después a ver a los de danza practicar un rato, antes que fuera su hora de salida.

Desde donde iba, ya podía ver la puerta del salón, así qué avanzando más rápido, para que el tiempo que faltaba para que los de danza salieran no terminara.

Estaba apunto de tomar el pomo de la puerta, pero está fue abierta, asustándolo ya que había pensando que ya no iba a ver nadie dentro.

El pánico lo llenó, cuando se dio cuenta de quien era.

—YoonGi. — Murmuró en pánico.

—Min. —dijo YoonGi con tono frío, usual de él. No usual del YoonGi que recordaba, claro.

Retrocedió unos pasos, solo para dejarlo pasar, y que los dos pudiera seguir con sus caminos, como si nunca se hubieran visto de nuevo.

Pero, ¡Oops!, la suerte no estaba de su lado, y lo supo cuando se sintió resbalar con algo tirado en el suelo, se había agarrado de lo primero que tocó solo por instinto y cerrado los ojos.

Los papeles - que estaban en un carpeta- que estaban en sus mano, ahora estaban en el suelo luego que los había soltado para agarrarse, su pequeño cuerpo había golpeado contra la pared, y su cabeza dolía tanto cómo su labio.

Los labios de YoonGi y los de él se estaban tocando. ¡Maldita sea!

«¿Puede la vida odiarme más, por favor?»

Sus ojos se abrieron en sorpresa y pánico, el otro cuerpo lo aprisionaba con su peso contra la pared, ambos se alejaron al mismo tiempo cuando se dieron cuenta de lo estaba pasando.

A diferencia de YoonGi, su labio si había salido lastimado por el fuerte impacto.

—¡¿Por qué no te alejas de mi...?!—Jimin, aún pegado contra la pared, se sorprendió por lo qué YoonGi decía, y la ira lo empezó a circular en su sangre.

—¡Yo ya no quiero acercarme a ti, tú ya no me importas!, no todo gira alrededor de ti. — le gritó, dejando desahogarse, aunque ahora tenía lágrimas bajando por su mejillas, sin saber el porqué. Ya no podía soportar este tonto juego.

Recogió la carpeta y pasó a lado de YoonGi, sin importarle si lo pasaba golpeando, dejó la carpeta en el escritorio.

Salio del salón, limpiando sus mejillas con sus manos, tomando dirección a la salida sin voltear a mirar atrás, porqué estaba seguro que YoonGi seguía ahí.

Cuando llegó a casa, su madre le dio una gran sorpresa que le alegró el día, pero también lo puso triste pero...

Le serviría para reiniciar su vida.

❝La mente le dijo al corazón: "Hay que dejarlo ir" ❞

❝La mente le dijo al corazón: "Hay que dejarlo ir" ❞

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2/3

¿Se dieron cuenta que no les he dicho el olor de Jimin?

🌙[EDITADO]🌙

❝Te quiero Alfa❞ ➳ YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora