Un día llegué tan agitado del metro, esas intensas y largas colas, llenas de gritos, sudor, desesperación y cansancio, eso si que es un dolor de cabeza.
Me senté en mi balcón, a indagar un rato ese bello clima sombrío que advertía de una posible tarde lluviosa, era encantador ver cómo las montañas a lo lejos se llenaba de nubes grises, el calor desgarrador era cambiado por una brisa más abrazadora y una vista más embellecedora.
Los atardeceres son realmente bellísimos, pero nada que ver cuando de un clima frío se trate, o por lo menos para mí.
Saqué de mi chaqueta una caja de cigarros, encendí uno.
Mientras inhalaba ese humo que algún día me mataría solo pensaba en lo gentil y brutal al mismo tiempo que es la vida.
Siempre he tenido como legado propio las palabras "Dios te tiene donde te necesita", y no exclusivamente porque sea un devoto a la religión, sino porque son palabras que tienen mucho significado en esta vida, solo él sabe el porqué de dónde estamos, lo que comemos, lo que nos rodea en sí, pero somos y siempre seremos seres llenos de algo llamado ansiedad, esa ansiedad que nos da por aquello que tenemos que no queremos y cambiaríamos si se pudiera por algo que posiblemente nos haga felices o solo creemos eso, esa ansiedad llena de emociones y pensamientos fantasiosos de cosas mejores para nosotros cómo para algún ser querido, cómo también esa ansiedad de querer ver mal al que te ha hecho tanto daño que no merece más que un castigo, de eso es lo que verdaderamente sé que sufrimos los que tenemos pulso.
Queremos modificar nuestro alrededor con un pestañeo, pero eso es imposible.
Antes de querer correr, tenemos que caminar, antes de caminar, tenemos que gatear, y antes de gatear tenemos que tener piernas fuertes que soporten nuestro peso, pies duros que con cada paso no se lastimen fácilmente, brazos firmes para el equilibrio y cabeza dura para avanzar.
Si corremos antes de todo eso, porque nos facilita muchas cosas, o por querer hacer las cosas a los golpes, solo estaremos buscando ansiedades que no podremos saciar de inmediato, no todo se da fácil tampoco rápido, pero siempre se da.
Me senté en un sillón marrón oscuro, para deleitarme de las pequeñas gotas que bajaban y subían, esa ley de que la vida es una montaña rusa o rueda de la fortuna cambia cuando detallas las gotas de agua que se desprenden de esos nubarrones en lo alto, la belleza natural es tan simple y extraña que es lo que la hace única.
Terminé mi cigarro, dejé escapar el último humo que salía lento desde mis pulmones hasta mis labios, el calor que me daba era impresionante, y la satisfacción aún más, quemó mi vida por dentro mientras pasa el tiempo, solo para que el reloj de vida tenga curso, un curso que solo se verá en mi exterior, ya que de mi interior me encargo yo, por esas razones elegí el cigarro, muero lentamente cada día que pasa, pero es por mi elección, todos buscamos una manera de decaer, no todas son iguales pero siempre hay una más rápida que otra.
Aunque yo muero en dos partes, porque solo veo tus ojos bien cuando doy mi última inhalada, eso es algo más doloroso que el cigarro, pues el cerebro se puede entrenar para dejar poco a poco un vicio, pero jamás se podrá entrenar para borrar las secuelas de él.
Tu miel siempre está en mis recuerdos, tu rosa intenso mis labios aún lo sienten, y tú risa, esa risa que me volvía un niño en cuerpo y alma, aún queda en esa película incansable que hace que mis ojos sientan paz con esos hoyuelos en ambas mejillas que no dejaré de ver jamás.
El retrato hecho a mano es solo una forma de recordar algo, pero eso es solo algo físico, que se puede romper, vender o borrar, en cambio un retrato detalladamente de ti siempre estará en mi cerebro, donde no se puede romper, ni con palabras, donde no se puede vender, ni con acciones, y donde no se puede borrar con decisiones.
De ti me he vuelto un adicto, pero un adicto insano, que es lo que temo, eso es un mal, que busqué yo solo y lo admito, pero no me arrepiento, por algo lo busque, por algo te miré, por algo te hablé, por algo te tuve, pero ahora por un algo ya no te tendré, nada duele más que simples desprecios, palabras y miradas, de alguien que se ama desde adentro.
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HERMOSO DESASTRE
Kurzgeschichten¿Buscas un poco de romance? ¡Quién no! Pero... La verdadera pregunta sería ¿Realmente pasó? O ¿Fue un deseo culposo?🚬