Todo comenzó, como todo debe comenzar, por el inicio. Es decir el momento en el que nací.
Fui una bebé muy delgada y nací un mes antes de tiempo.
Mis padres no estaban muy emocionados por mi nacimiento pero no pude hacer nada, mis padres... si los debería llamar así, me... digamos que me desecharon de su vida.
Me dejaron en un lugar adoptivo.
Estuve en ese lugar hasta los cinco años. (Tuve suerte)
Una familia adinerada me adoptó, la familia Duncan Weasley. Al parecer eran gente poderosa en el lugar, tenían algo que ver con el gobierno.
Al principio me trataron muy bien, era como una hija más para ellos. Su familia se conformaba por cuatro personas, la Sra. De Duncan, el Sr. Duncan y sus dos hijos, Beck y Corey.
Ambos tenían mi edad, es decir cinco años, la diferencia era en el físico ellos eran rubios con ojos claros, Beck tenía los ojos verde mezclado con esmeralda mientras que Corey tenía los ojos de un azul casi celeste.
Y pues yo tenía los ojos café y el cabello técnicamente negro.
Era casi feliz con ellos excepto por el hecho de que ellos no eran mi verdadera familia, ellos eran mi familia adoptiva y eso era así por que mis padres no me quisieron con ellos.Cuando cumplí los seis años ellos me dieron una muñeca de regalo y me dieron un pastel y me felicitaron, fue algo que nunca había recibido en mis seis años de vida y fue algo que siempre recordaré.
Para mis siguientes cumpleaños me celebraron y me dieron diferentes regalos y eso me hacía sentir mejor. Para cuando cumplí trece años no recibí regalo, ni un "Feliz cumpleaños" , me decepcioné pero lo dejé pasar.Desde ese día que cumplí mis trece años me comenzaron a tratar mal, ya no parecían ser una buena familia solo parecían ser unos desconocidos groseros, me decían cosas que me hacían sentir mal. Mi escapatoria era la escuela. Desde que entré me parecía aburrido ir pero luego de ese detalle de que me comenzaron a tratar mal me gustaba estar ahí, nunca me había sentido más cómoda de estar ahí.
No tenía amigos ni amigas más no me apetecía hacerlos, me parecía algo innecesario.
Algunas personas se acercaban a hablarme mientras que otras solo me miraban de una manera desagradable, me daba igual lo que hicieran.
Si se suicidaban, bien, si los asesinaban, bien, si me querían hablar, bien, si me odiaban, bien, realmente no me importaban.
Nunca fui de esa clase de chica que estaba interesada en el popular de la escuela, el chico era guapo, debo admitirlo pero era un completo gilipollas. No me relacionaba con nadie así que no tenía por qué relacionarme con él.Un día normal ese chico popular se acercó al parecer para hablarme, sinceramente odié el hecho de que se acercara a mi, si nadie lo hacía ¿Por qué él? La conversación no fue mayor cosa solo me dijo: "Hola. Mi nombre es Dylan" me extendió la mano pero solo la observé y le dije un cortante "bien" y me alejé de él, no me agradaba y no le quería hablar, para nada.
Al dia siguiente el gilipollas de Dylan se me acercò de nuevo, esta vez lo ignoré. No pierdo mi tiempo con chicos,menos chicos como él.
-Hola-
-Hm- Este chico Dylan me está desesperando, me molesta cuando vengo, cuando como y cuando me voy. Por suerte no está en mi grado.
-¿Qué tal?-
-Mira tal vez tu tienes a muchas chicas detràs de ti, pero yo no soy una de ellas y no soy tonta como para no haberme dado cuenta que cuando le hablas a alguien es por alguna razón asì que, dime que quieres porque no tengo mucho tiempo como para perderlo contigo.-
-Querìa hablarte.-
-Bien, ya lo hiciste, ahora, vete. No te acerques màs.
-¿Por qué te mantienes sola?-
-Ya te dije que te alejes.-
-Responde y me largo. - Si solo asì se iba a ir le iba a responder.