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No sabía que era.

Ni tampoco, de donde venia.

Pero lo había arrastrado hasta la zona fantasma, para aclarar, a una parte bastante extraña y desconocida. Ahora dirán, que todas las aéreas de la zona fantasma son míticas, pero aquel lugar derramaba misterio.

Aludo a una especie de fábrica abandonada que pedía a gritos ser revisada.

El pequeño destello se perdió adentro de la industria una vez traspasó los barrotes ya forjados que la protegían, y esto, le brindo un fuerte suspiro de curiosidad a nuestro chico.

Discúlpenme, su nombre es Daniel, Daniel Phantom, conocido también como el chico fantasma. Aquel que sin usar mucho la precaución entro a la gran estructura en mal estado.

-¿Hola? ¿Hay alguien aquí? ¡Sólo vengo siguiendo una luz, no intentes nada o te destruiré!-

Figuró, como en muchas ocasiones, que había alguien mas ahí; lo cierto es que estaba solo.

-...Bien, al menos está vacio.-

Debió irse cuando pudo, pero la curiosidad mató al gato, y el era un fantasma; asi que no le temía a la curiosidad.

Continuo caminando despacio por las instalaciones, notando que cierto mobiliario parecía haberse corroído por el tiempo, y otro, permanecía en perfecto estado.

Quiso saber mas cuando se agachó al ver un amuleto en el suelo, jugando con su suerte, la loza que lo sostenía colapsó; y si sus reacciones no hubiesen sido torpemente tarde, hubiese alcanzado a flotar antes del impacto.

Jadeo al levantarse, murmurando que había estado cerca de algo peor. Entrecerró los ojos hallándose frente a un espejo de pared, no se molestó en levantarse porque a decir verdad, no podía; una biga se había atorado encima de su vientre y si bien hacerse intangible era la respuesta, el resultado seria el derrumbe total del edificio.

Entonces si, pobre de aquel fantasma ausente que habitara en esa casona, cuando llegara y viera que un curioso chico mitad humano y mitad fantasma había acabado con su hogar.

Danny simplemente quería ahorrar problemas.

Pero es aquí, donde la introducción termina.

El albino sintió un jalón en su mirada cuando noto que el vidrio frente a el comenzó a empañarse, esto no le altero, pero lo dejo algo confundido. Un sentimiento lo asaltó nuevamente, quizá la curiosidad.

Cuando el portal se dejó de manipular en bruma, mostró una escena como tipo película. Era mínimamente Amity Park, englobando, la escuela.

-¿Qué es esto? ¿Una especie de cámara acosadora de algún fantasma?-

Pero sencillamente olvidaba que estaba solo.

No se sorprendió al ver a Sam hablando con Tucker por el pasillo, pero si al ver que su casillero estaba abierto con alguien bastante ocupado tratando de meter algo en el, como para mirar a la ¨cámara.¨

Entonces era una especie de reloj del tiempo.

Era extraño ¿pero qué en su vida no lo era?

Hasta ese punto, era lo mas lógico.

Suspiró deseando que fuera algún tipo de broma, y sin oportunidad de salir de su amarre redirigió su vista a la ahora pantalla.

-Oye, no puedes faltar más a clases, el Sr. Lancer te reprobara.-

-Sí amigo, todo esto de atrapar fantasmas durante la escuela te está poniendo tenso.-

-Chicos, no estoy tenso... además, si yo no hago nada para detenerlos ¿Quien lo hará? ¿Mis padres? Estoy seguro de que no quiero verlos aquí en la escuela.-

Espejo espectralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora