Ochako y Katsuki estaban enfermos, se necesitaban el uno al otro pero también se lastimaban.
Otro día una rosa más para Ochak9.
Un golpe, un hermoso ramo aparecía en la puerta.
Una pastilla y nuevamente lo amaba.
La vida de Ochako no era un cuento d...
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― ¿Lo perdonaras hasta que tu casa este hecha un hermoso jardín?
Nuevamente Mina le hacia esa pregunta a Ochako quien se encontraba con la mirada perdida en su taza de café, había perdido la cuenta de cuantas veces sus oídos escuchaban esas palabras con dolor y lastima por parte de su amiga cada mañana.
― ¿Cuánto tiempo piensas que puedes seguir así? Es estúpido todo esto Ochako sólo déjalo, sabes que puedes quedarte en mi departamento.
― Todo va bien Mina, todo va a mejorar.
― Siempre es la misma mentira Ochako, pero asi de grande es tu corazón para poder creer que todo puede mejorar, está bien.
― Todo cambiara...
Otro día, la misma discusión con su amiga de infancia y compañera de trabajo. ¿El Tema? Su relación enferma con Katsuki Bakugo
La casa se encontraba e completo silencio, el frio y la falta de calidad era algo notoria cuando lograbas poner un pie en la gran casa.
Mochi la mascota de la casa no tardo en hacer acto de presencia en la sala, ronroneo para llamar la atención de su dueña quien no tardo en tomarlo en brazos.
- ¿Me extrañaste? - pregunto acariciando la cola con manchas de el pequeño peludo.
Todo se encontraba en completo desorden, ropa tirada por todos lados, algunos platos sucios en la mesa y paquetes de comida rápida en el suelo. Cada día era igual, llegar a casa con un dolor de cabeza despues de una larga noche de trabajo y encontrar todo el desastre en su hogar, para la morena era un motivo más para que su dolor de cabeza fuera en aumento.
Arrastrando sus pies se abrio paso a la cocina, busco aquel pequeño frasco color cafe y tomo dos pastillas para el dolor de cabeza.
- Dormiré un rato Mochi, todavía no regresara del trabajo entonces espero que pueda despertar sin dolor.
Observo al pequeño gato café con manchas blancas y lo dejo en el sillon rojo de su sala. Camino a la habitacion encontrando la ropa de su marido en la cama. Con flojera empujo la ropa a el lado contrario para poder tener un espacio donde dormir.
Se recosto sintiendo el frio de las sabanas abrigar su cuerpo, fue cerrando sus ojos lentamente deseando que su dolor de cabeza pronto se fuera.
No tenía ganas de discutir, sólo quería descansa y reponer un poco de energía de la gran jornada de trabajo que había tenido. Sabia que ser enfermera implicaba una gran responsabilidad y tener una gran disciplina, pero nada de eso era tarea fácil.