Park Jimin; ¿Donde hay esperanza?

[Part 1]

¿Alguna vez han sentido desprecio proveniente de su propia familia? Supongo que no, o si.

Mi vida siempre ha sido así, siendo despreciada o insultada por ser rellenita o gorda, si, esa es la palabra hiriente.

Mi madre siempre me ha insultado frente a mis tíos, primos, siempre salía con la frase «Deberías ya hacer ejercicio» Ja, como si me dejarán salir de la tienda, salgo a lo menos solo para ir a la escuela. Yo soy su empleada dicen otros, mientras que mi hermana es bien tratada, consentida y caprichosa. Yo soy la que hago todo, limpio la casa, lavo los trastes, la ropa. Eso que soy menor que Yeri, mi hermana.

Simplemente yo he tratado de tomarlo como si me lo pidieran de favor.

- ¡Jamileth! Ven aquí -dijo mi madre, quién se encontraba en la cocina.

- ¿si, mamá? -dejo de arreglar las papas fritas enfundadas que llegaron hace unos 15 minutos; corro al interior de la casa.

- Ponte a hacer el almuerzo -responde sentándose en el sofá.

- Está bien, pero Yeri tiene que quedarse en la tienda. -comento en un tono suave.

- Ella está ocupada, pintandose las uñas, niña. -dice con voz alta.

- Pero es difícil atender a los clientes y hacer el almuerzo a la misma vez, mamá.

- No me interesa si es difícil o no, te ordene que hagas el almuerzo y punto.

Solo asentí, sabía que si reprochaba algo me hiría peor. Regresé a la tienda, pesé una libra y media de arroz, agarré pollo, una cebolla, un tomate y un pimiento.

Apenas di la vuelta para ir al interior de la casa, un cliente llegó.

- Buenas tardes, ¿que se le ofrece? - pregunté sonriendo.

- Buenas, vendame una....

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Así fue mi rutina, lavar el arroz, ir a vender, picar tomate, cebolla, pimiento, ir a vender. Por un momento creí que la comida se me iba a quemar.

Finalmente, termine de servir la comida y llamarlos a comer.
Como siempre yo tengo que comer en la tienda, con muchas interrupciones de parte de los clientes, la comida se enfría pierdo el apetito y no me alimento.

El ser gordita con un cuerpo formado hace que reciba piropos que no son de mi gusto. Mi hermana entra a la tienda, coje una barra de chicle de menta, me da una mirada y dice:

- Será mejor que vayas arreglando la casa. Jungkook vendrá en unos minutos.

Termina y sale, seguramente para ir su cuarto a seguir chateando por su teléfono que ya casi está dañado. No dudo que pronto mi papá le comprara uno nuevo.

Acabo de hacer mi tarea de la escuela, dejo todo en orden en la tienda y entro para seguir con el siguiente trabajo. Término de arreglar. No tengo nada más que hacer así que me limitó a cojer un libro cualquiera y ponerme a leer.

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Me desperté temprano esa era mi rutina de toda la vida, hice el desayuno, comí un poco. Voy al cuarto de mis padres aún siguen dormidos, les doy un beso en la frente a cada uno acompañado con las palabras «Buenos días, papás. Los quiero, cuídense mucho». Después de hacerlo salgo del cuarto con un poco de lágrimas en lo ojos porque recordé las veces que mi mamá iba a darle un beso de buenas noches a Yeri y a mi no. Pero sé que aunque no me lo demuestren ellos también me quieren.

Camino unas diez cuadras hasta llegar a la escuela, antes de entrar doy un fuerte suspiro, cierro los ojos por un segundo y los vuelvo a abrir. Empiezo a caminar hasta llegar al salón de clases, entro por una parte me gusta estár aquí ya que puedo mantenerme un poco alejada de los mandados de mamá o papá. Y la otra pues... porque aquí no me hacen bullying pero eso no significa que ellos hablaran conmigo. No, eso no.

Hello chinguritas💜😆

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Bye♥️