Media noche y ya calendario marcaba aquella fecha tan especial para el albino; 01 de abril. Su cumpleaños... el día de los inocentes.
Con un suspiro dejo escapar todo el ánimo que podría tener. Pues desde que tenía memoria que ese día pasó a ser "un mal chiste" para él.
Meneo la cabeza. Cogió un cigarrillo y caminando hacia la terraza de aquél penthouse se detuvo a apreciar la vista.
Altos e impolutos edificios se erguían ante Zen y la manera en que la luna acariciaba los ventanales le daba una panorámica sensacional; de ensueño. Irreal.
Las estrellas resplandecían en el cielo con tal fulgor que no pudo evitar sobrecogerse por el paisaje."Dios"
¿Cómo era posible que su amante pudiera disfrutar diariamente de aquél paisaje...?
"¿Mi amante?"
Sus mejillas se tiñeron con un suave rubor tras meditar en torno a esas palabras. Tras pensar en ese hombre que tan bien le quitaba el sueño y que le acababa de brindar unas caricias llenas de placer. Pues Jumin le hacía el amor con tanto deseo, con tanto fervor, que le dejaba rendido sobre los brazos de Morfeo a los minutos de culminar. Solo que esta vez fue la excepción y era el CEO quién descansaba plácidamente sobre la gran cama de 3 plazas.
Una risilla escapó de sus labios. Apago el cigarro y se dio la vuelta medio desnudo para fijar su atención en su reflejo en el ventanal. Pues los moratones y marcas post sexo sobre su piel contrastaban divinamente con su palidez.
"Ese hijo de puta. Le pedí que tuviera cuidado ya que mañana me toca modelar...." musitó chasqueando la lengua con algo se vergüenza en su voz.
Pensaba volver a la cama para intentar dormir, cuando de pronto una idea se le ocurrió.
Pues, ¡claro!
¿cómo no lo había pensado?
Desde que tenía memoria que él era el blanco de todas las burlas, y ahora que estaría con Jumin podría invertir la situación. Pues bien conocía al empresario y sabía que éste sería incapaz de molestarlo.
Así que de puntitas y con una sonrisa fue hacia la cocina del departamento. Buscó a tientas el azucarero y tras pensarlo por unos segundos se decidió de vaciarla en una taza que luego escondió.Ahora solo le faltaba una cosa...
"El salero. ¿dónde está esa cosa?" Murmuró rebuscando entre la despensa.
Hehe~
Y es que, por fin, ese primero de abril tendría a Zen como el rey de las bormas y Jumin sería su inocente víctima.
"Buen día cariño, ¿dormiste bien?"La suave voz de Jumin contra su oído fue todo lo que necesitó para despertar. Estaba de pie a su lado y con una bandeja dónde llevaba el desayuno en sus brazos.
"No sabía que darte por tu cumpleaños... pensé que si te compraba algo podrías enojarte, así que le pedí a Jaehee la receta de tu café favorito".
Con cuidado el más bajo se enderezó para tomar asiento sobre el colchón. Su corazón latía a mil por hora, sentia el rostro caliente y las palabras no salían de sus labios. Estaba sobrecogido, algo avergonzado.
Jumin siempre encontraba la manera de sorprenderle y hacerle sentir amado."...Gracias" murmuró evitando el contacto visual. "Te amo" añadió después.
El empresario sonrió y deposito un tierno beso sobre su frente para luego ponerse cómodo junto a Zen. Él también llevaba su americano y plato con panqueques para acompañarle desayunando, dado que no le dejaría solo en ese día especial; en el día de su cumpleaños; el día en que su gran amor había nacido.
En silencio dio un sorbo a su café esperando hallar aquél sabor delicioso. Pero, en su lugar, una mueca de asco se dibujo en su rostro.
"Que demon-"Interrumpido por las carcajadas de Zen desvío su atención hacia él: Estaba escupiendo el panqueque sobre la servilleta entre risas a viva voz.
"¡PE-PERDÓN!" Comenzó una vez hubo recuperado el aire "L-Lo siento. Es solo que...
¡¡jajajajaja!!"Extrañado el CEO le preguntó si es que estaba bien. Teniendo por respuesta las lágrimas de risa de Zen.
- Si, si. Lo estoy. Es solo que, vaya.
Quería hacerte una broma por el día de los inocentes, pero veo que me salió el tiro por la culata.- Zen... eres un idiota.
Con una sonrisa y rodando los ojos Jumin ahogó el deseó de reír.
"Un café y panqueques salados, que buen regalo de cumpleaños" pensó.
Dejando un suave beso sobre los labios de su pareja, quién le miró con vergüenza.- Dulce, tal y como me gusta.
Con expresión alegre Zen le devolvió el contacto.
Con un beso.
Con dos.Y es que a un amor tan dulce, a veces había que darle sazón.
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Sweet & Salty - One shot Juzen
ФанфикEs el cumpleaños de Zen, pero harto de las bromas "del día de los inocentes" planea reírse de Jumin Han... Las cosas salen mal.