Capítulo 3

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Capítulo 3
Agradecía eternamente no tener la habitación desordenada, y esto gracias a que había mucamas en el hotel que hacían limpieza en las habitaciones cada cierto tiempo. Para ser sincero, estaba todo muy bien acomodado, y me incomodaba a veces ver tanto orden, así que arrugué las sábanas de la cama, ocasionando que se vieran bordes; también desacomodé los desodorantes, cepillos y otras cosas que  estaban en el buró frente a la cama. En ese buró había un espejo, en el que me miré rápidamente, acomodando, o más bien, desacomodando mi cabello con mis dedos.

-Te ves bien, Joe. – Me dije a mí mismo en voz alta, y por último me auto guiñé el ojo.

Miré hacia mis alrededores, terminando por encogerme de hombros al ya no tener nada qué hacer, así que decidí salir al balcón a presenciar lo que quedaba de luz de día a pesar de que ya era tarde; se podía mirar un cielo bastante lindo, aunque nublado, y tal vez con probabilidad de lluvia.

Revisé en mi celular la hora, y aproveché para mirar el pronóstico del tiempo. Oh, sin duda que iba a llover esa noche, pero para mí mejor, sería una linda noche, y cuando Ben se vaya, yo podré dormir con el sonido de la lluvia, era uno de los sonidos que más me gustaban.

Cuando menos esperé, escuché que golpeaban la puerta. Me encontraba apoyado en la barda del balcón, así que me bastó con hacer un pequeño giro mirando hacia dentro de la habitación. Mi corazón comenzaba a latir con rapidez, ¿será que es un síntoma de nerviosismo?

Me arrastré por la habitación hasta haber llegado a la puerta, aunque en ese transcurso de tiempo ya había sido golpeada varias veces.

Dios, Ben es tan impaciente a veces.

Finalmente abrí la puerta, y ahí estaba el rubio, que no esperó ni a que lo saludara o algo cuando él ya se había introducido a mi habitación. No le dije nada, simplemente cerré la puerta detrás de mí.

-Eres muy lento, Joseph. Comencé a pensar que te habías ido a dormir. – Me comentó Ben, a medida que se encaminaba hasta el borde de la cama que se encontraba a la derecha, en donde se sentó ahí, dejando su tarjeta/llave de su habitación, su celular y su cartera por ahí.

-Tú eres muy impaciente. – Rodeé los ojos al verlo ahí sentado, sabía que él me estaba viendo, así que me hice el distraído, yendo hacia el buró para buscar el control remoto de la televisión entre el “desorden” que había ocasionado antes.

En el tiempo en el que esperaba a que la televisión se encendiera, mi amigo quedó tendido en la cama en donde se había sentado anteriormente, no sin antes haberse quitado los zapatos. Vaya que se estaba poniendo cómodo el muchacho. No le tomé importancia, y abrí el Netflix, por suerte estas televisiones eran Smart TV y podíamos gozar de la tecnología más fácil.

-¿Estás cómodo? – Le pregunté, mirándolo de re ojo, probablemente él estaba mirando hacia el techo, pensando en otras cosas, lamentablemente no podía saber qué pensaba él en ese momento, ¿será algo relacionado a la historia de la serie que veríamos a continuación? ¿será algo de las grabaciones? ¿será una persona? ¿seré… yo? Sacudí mi cabeza un par de veces en el momento en que ese pensamiento me invadió, y traté de reproducir la quinta temporada de Orange Is The New Black lo antes posible, para después ir al mini bar y sacar dos cervezas de lata que había allí, obviamente ambas para mí, no pensaba convidarle a Ben.

-Lo estoy. Esta cama es cómoda. – Dijo casi en un susurro de satisfacción, lo cual me hizo estremecerme. Su voz a veces era tan profunda, y en ese momento se escuchó tan bien. Notó que llevaba dos cervezas conmigo, tal vez pensó que una era para él, porque lo vi sentarse de nuevo en la cama, como un niño pequeño que le darás un chocolate. Simplemente le saqué la vuelta, yéndome a sentar a la otra cama con las dos cervezas.

-Oh, lo siento, ¿querías una? – Dije en un tono sarcástico, ya que sabía perfectamente que él querría una -. Lo siento, Benny. Para ti ni hay alcohol.

Pude notar como hacía casi un puchero, lo que me pareció muy tierno de su parte, así que no me quedó de otra más que aventarle la lata de cerveza a la cama. Inmediatamente su expresión cambió, y una sonrisa se había dibujado en su rostro.

Ya había pasado un buen rato, seguíamos viendo la serie, aproximadamente tres capítulos seguidos, lo que implicó que continuáramos bebiendo todas las cervezas que estaban en el mini bar, siendo 8 en total, repartiéndose en 4 y 4 para cada uno, probablemente no era mucho alcohol como para ponerse ebrio, pero a veces yo era muy “mala copa”, y la cabeza me empezaba a doler, ni siquiera le estaba prestando atención a la serie.

Se me ocurrió tomar una de las almohadas y lanzársela a Ben, justo en el momento que él estaba dándole un trago a su cerveza, ocasionando que derramara un poco sobre sus pantalones, y claro, sobre la cama también.

-¡Idiota! – Lo escuché decir, aunque en ese momento me estaba riendo por mi cuenta, sin prestar atención a que él planeaba realizar una acción similar al regresarme esa almohada de la misma manera que yo se la aventé, aunque con más fuerza, él era más fuerte que yo.

No me quedé atrás, pues me levanté con otra almohada y comencé a pegarle a Ben varias veces. Él, por su parte, se dejaba hacerlo, hasta haber llegado al punto en que estalló. Se levantó, tomó una de sus almohadas, y comenzó a pegarme, terminando por hacer una guerra de almohadas, no como en las películas de adolescentes en las que salen plumas y llenan la habitación de estas… Era una pelea a verdaderos golpes, de esos que sí dolían.

-¡Oye, niño! – Se me dio por llamarlo así, justo antes de que Ben me metiera un golpe en la cabeza con una almohada, que me hizo aterrizar en mi cama. Por un momento fingí sentir dolor, que a pesar de sí hacerlo, era algo mínimo.

-¿Joe? ¿Estás bien? – Noté un tono de preocupación en sus interrogantes. Le miré, y me levanté de inmediato de manera que lo empuje en el pecho con mis propias manos, haciendo que cayera en la cama contraria.
Ben no se quedó atrás, por lo que quedó sentado en la orilla de la cama, a punto de pararse y empujarme de vuelta, pero en lugar de eso comenzamos a golpearnos y empujarnos repetidas veces sin vernos con la necesidad de caer, simplemente estábamos jugando como si fuéramos niños de secundaria.

En una oportunidad me vi con la necesidad de volver a empujarlo con todo mi peso, quedando encima suyo.

-¿Joe? – Volvió a llamarme por mi nombre, con cierta confusión de ya no entender el juego.

¿Continuar viendo Orange Is The New Black? Apareció en la pantalla cuando menos esperamos, lo que ocasionó un silencio en la habitación.

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¡Hola crayola! Lamento la ausencia, he estado haciendo varias modificaciones a la historia, y espero poder actualizar más seguido, por ahora les dejo en suspenso.

-Patch

Kiss Me (Hard Before You Go) - Joe x BenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora