U n o

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¿Quien diría que el fin del mundo sería hoy?...

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El olor a putrefacción se hacía presente y cada vez más fuerte.
Las calles se encontraban semi llenas de autos estacionados y averiados en algún accidente automovilístico con la notable intensión de querer alejarse de algo o alguien.
La ciudad casi hecha ruinas.
El aire era demasiado denso como para poder inhalarlo tranquilamente y el cielo era opacado con las grandes nubes de contaminación que evitaban dejar al sol asomarse aunque sea un poco.

Pensaba que este día iba tan bien, no entiendo cómo llegamos a esto ¿Acaso algo o alguien predijo lo que pasaría? ¿Hubiera podido evitarlo?
Por más que lo intentará mis lágrimas no dejaban de caer por lo que acababa de hacer, en mis manos portaba un afilado cuchillo del cual caía gran cantidad de gotas de sangre, sentía mi vista borrosa y algo dentro de mi se quebraba ¿¡Porque tenía que pasar esto!?
Frente a mi... La persona que me cuido sin queja alguna y que me apoyó en todo momento... ¡Estaba muerta! ¡Y todo por mí culpa! Mi maldita culpa.

Un agarre en mis hombros se hizo presente sacudiéndome con brusquedad, buscaba sacarme de mi trance.
¡Por favor! ¡Despierta! ¡___, Despierta!

—¡___, Despierta! —Grité alarmada sentándome de golpe en la cama.

Mi respiración se encontraba agitada y una ligera capa de sudor frío se encargaba de cubrir mi cuerpo. Tome un par de segundos para poder analizar mi entorno, con cierto temor mire a mi alrededor, me encontraba en mi habitación sin riesgo alguno. Un ligero suspiro salió de mis labios y una leve sonrisa se formó en los mismos, podía estar tranquila, todo estaba bien, los rayos del sol atravesaban las delgadas cortinas de mi ventana, estaba segura de que lo que pasó solo había sido otra pesadilla.

—Fue solo otro de esos sueños... Otro de esos horribles sueños... —Me dije con calma para convencerme de que nada malo había ocurrido.

Últimamente había tenido sueños muy extraños... Siempre hay muertes, personas que no conozco o el mismo escenario nublado con ese horrible aroma que no entiendo cómo es posible olerlo.

Miré la hora en mi teléfono y justamente estaba a dos minutos de que mi alarma sonará, tenía que prepararme para la universidad así que con cierta pereza me levante de la cama y me estire como lo hacía de costumbre.

—Que imaginación la mía... Talvez ver tantas películas de ciencia ficción y terror me estén afectando... Creí que ya había salido de esa etapa.

Me dije de nuevo mientras caminaba en dirección al baño, me quite la pijama y la coloque en el cesto de la ropa sucia al igual que mi ropa interior, encendí la regadera y me asegure de dejar una temperatura media para poder ducharme tranquilamente.

Unos minutos más tarde salí del baño con una toalla cubriendo mi cuerpo y con otra secando mi cabello, me encaminé al armario y tome mi ropa interior al igual que mi uniforme para después empezar a vestirme.

—Pequeña, el desayuno está listo, baja a comer ¿De acuerdo?— Avisó mi tía dando leves golpes a la puerta de mi habitación.

—Claro, bajo en un momento —Respondí terminando de vestirme a lo que solo recibí un: «De acuerdo» de su parte.
Les explico ¿Por qué vivo con mi tía? Pues no soy de la ciudad de Seúl los inicios de mi vida las pase en otro lugar en el que no era el continente asiático, por suerte para mi y para mis estudios logré venir hasta aquí, si, fue gracias a mucho esfuerzo y compromiso.

En fin, tarde mucho para lograr esta meta pero por fin pude, mis padres actualmente viven donde mismo y estas próximas vacaciones iría a visitarlos. Hace unos pocos años mi tía se mudó aquí a corea y dijo que no había problema en que me quedara con ella para seguir con mis estudios, así que aceptamos.

Bajé las escaleras hasta llegar al comedor, tomé asiento y por lo visto el desayuno ya estaba servido,  consistía en un par de panqueques con jarabe y mantequilla, así que sin más empecé a comer.

—WoW! Están muy ricos, gracias, tía... —Le agradecí con cierto tono de felicidad.

—No hay de que, pequeña, provecho —Contestó con una pequeña sonrisa para después llevar el primer bocado a su boca.

Mientras ambas disfrutábamos de los deliciosos panqueques acompañados con un poco de leche como bebida, mi tía encendió la TV como usualmente lo hace para ver todas las novedades que ocurrían a diario, pocos minutos más tarde terminé con todo lo que me había servido.

—Listo, gracias de nuevo por el desayuno, tía —Agradecí nuevamente mientras me levantaba e iba a lavar mi plato.

—No hay de que, ahora date prisa, solo tienes 15 minutos y se que sueles tardar en llegar— Comentó lo último con diversión.

— ¡Cierto! Solo iré a terminar de asearme, no tardó.

Subí de nuevo a mi habitación, hice mis necesidades ya que no me parecía tan agradable usar los baños de la escuela, siempre hay muchas chicas y es imposible entrar a uno.
Cuando terminé me lave los dientes y arreglé mi cabello en una coleta, tome mi mochila, el resto de mis cosas y salí de la habitación ya lista.

—Bueno, tengo 5 minutos de sobra, ya es algo...

Baje lo más rápido que pude y me despedí de mi tía.
Tomaba el transporte público ya que mi tía no tenía auto, la universidad no estaba tan lejos, era solo a unas calles, pero sinceramente era una forma más rápida de llegar a la universidad, o eso usaba de pretexto ya que la verdadera razón era que odiaba caminar. Por parte de mi tía ella usualmente iba con una amiga del trabajo aunque en el fondo sospechaba que entre ella y su amiga tenían algo más que solo una amistad, pero respetaba que quisiera mantenerlo en secreto así que no le preguntaba del tema.

Cómo sea, al bajar del transporte entre casi corriendo a la universidad, era usual ver a esta chica llegar tarde y era conocida por los maestros por ello, así que debía darme prisa si quería que me dejaran pasar a la clase.

(PAUSADA) ➳ •°• Sɪᴄᴋ Aᴘᴏᴄᴀʟɪᴘsᴇ; ʲᵏ ʸ ᵗⁿ •°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora